Dos jefes de la Inteligencia militar colombiana fueron destituidos el martes después de que el presidente del país ordenara una investigación sobre una unidad de Ejército que espió a los negociadores.

Dos jefes de la Inteligencia militar colombiana fueron destituidos el martes después de que el presidente del país, José Manuel Santos, ordenara una investigación sobre una unidad de Ejército que espió a los negociadores que realizan unas conversaciones de paz con los rebeldes de las FARC.

El presidente Juan Manuel Santos calificó las supuestas escuchas de “atentado de las fuerzas oscuras” para sabotear su esfuerzo dirigido a poner fin a cincuenta años de insurgencia, y calificó tales hechos de “totalmente inaceptables”.

El supuesto espionaje fue desvelado por la revista Semana, que informó el martes de que una unidad especial del Ejército fue creada en 2012 para interceptar de forma ilegal las comunicaciones de los miembros del equipo negociador del gobierno.

La delegación gubernamental en las conversaciones de paz, que se celebran en la capital cubana, La Habana, está liderada por el vicepresidente Humberto de la Calle, Sergio Jaramillo y Alejandro Eder.

Santos ha señalado , sin embargo, que el Estado tiene la obligación de espiar a sus enemigos, como las FARC o el crimen organizado.

En 2011, Santos desmanteló una agencia de inteligencia, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), que estuvo implicado en escuchas ilegales a políticos izquierdistas y que tenía vínculos con líderes paramilitares de extrema derecha.

Desde noviembre de 2012, su gobierno ha estado celebrando negociaciones con las FARC, la mayor y más antigua insurgencia en América, que ha estado activa desde 1964.