Tras su injerencia en Libia y en Siria, el militante sionista francés Bernard-Henry Lévy, ha ido a Kiev, en Ucrania, y ha posado ante una barricada en la capital ucraniana.
Tras su injerencia en Libia y en Siria, el militante sionista francés Bernard-Henry Lévy, ha ido a Kiev, en Ucrania, y ha posado ante una barricada en la capital ucraniana, que se ha convertido en el escenario de enfrentamientos entre el gobierno pro-ruso y miles de manifestantes, apoyados por servicios de inteligencia extranjeros, desde hace varios meses.
En Ucrania, Levy estimó que “para nosotros en Francia, los Juegos Olímpicos son las victorias y las medallas. Para los habitantes de Kiev, los Juegos Olímpicos son quizás una tregua, pero ellos cuentan los días puesto que saben que después de los Juegos quizás Vladimir Putin, o su marioneta en Kiev, podrán actuar y golpear”.
“La capital de Europa es Kiev”
“El mensaje que quiero pasar es que la capital de Europa, hoy en día, es Kiev. Los valores de Europa se encarnan en Kiev”, dijo Lévy a Europa-1.
“Lo que me asombra desde que estoy en Ucrania es hasta qué punto el verdadero espíritu europeo está aquí. Esto resulta totalmente conmovedor en una época en la que Europa duda de ella misma o no sabe ya cuales son sus valores”, según él.
Embajador ruso condena los actos de los extremistas
Por su parte, el embajador ruso en EEUU, Serguei Kislyak, ha señalado que en lugar de dictar a Ucrania su futuro, Occidente, incluyendo EEUU, debería realizar una evaluación clara de los actos de los extremistas que allí actúan.
“Vemos hasta qué punto los países occidentales, incluyendo EEUU, aspiran a dictar a nuestros amigos y vecinos ucranianos lo que les conviene a ellos y no a estos últimos. En sus intervenciones públicas, ellos preconizan un arreglo político, mientras insisten en que Ucrania no tiene más que una sola elección”, explicó el embajador en una entrevista con medios rusos.
“No he oído por parte de ellos una condena clara y unívoca de los actos de los extremistas que, bajo la cobertura de una revolución democrática, tratan de quemar a los policías en las calles”.
“Lo que ocurre en las calles de Kiev es un ejemplo de extremismo político en un estado vecino y hermano”, concluyó el diplomático ruso.