La publicación china Global Times, de tendencia nacionalista, ha dedicado un artículo a la reciente crisis de Ucrania.
La publicación china Global Times, de tendencia nacionalista, ha dedicado un artículo a la reciente crisis de Ucrania. En él, acusa a EEUU y la UE de tener objetivos geopolíticos que pasan por enfrentarse a Rusia de una forma que recuerda la que existía durante la Guerra Fría.
“Los objetivos estratégicos estadounidenses no son nuevos. La Administración Clinton no hizo ningún secreto de su política de reclutar a Ucrania para la OTAN. La antigua secretaria de Estado, Madeleine Albright, sentía una obsesión en relación a este asunto.
“Esas políticas dieron lugar a la así llamada Revolución Naranja y otras revoluciones de colores en 2004 que formaban parte del pensamiento de Zbigniew Brzezinski, un mentor de Albright y antiguo consejero de seguridad nacional del ex presidente Jimmy Carter”.
Brzezinski es conocido por sus puntos de vista visceralmente anti-rusos. Las revoluciones de colores en Ucrania y Georgia y su pupila Albright tuvieron implicación estratégicas para la masa terrestre de Eurasia. De este modo, las negativas del ex presidente estadounidense, Barack Obama, y de la consejera de seguridad nacional, Susan Rice, a que la política estadounidense hacia Ucrania no tiene objetivos geopolíticos es falsa. La propia Rice es una protegida de Albright y aboga por el así llamado “intervencionismo humanitario” y políticas de cambio de régimen que encuentran a aliados neoconservadores.
La actitud de los grandes medios occidentales está orientada a apoyar las políticas de cambio de régimen y no es sorprendente que su análisis de la situación en Ucrania haya sido menos que objetiva.
Sin embargo, en Ucrania, los críticos del cambio de régimen afirman que las leyes y la propia constitución han sido violados.
La presente constitución de Ucrania ha sido aparentemente suspendida y el Parlamento ha asumido todos los poderes, incluyendo el ejecutivo y el judicial. Los procedimientos constitucionales para la destitución del presidente no han sido respetados cuando él fue privado de todos los poderes.
Aunque EEUU y la UE han ofrecido un reconocimiento diplomático al nuevo gobierno, la naturaleza de este último no está clara y no parece tener una base constitucional.
El actual régimen no llegó al poder a través de medios democráticos. Si un nuevo orden democrático constitucional puede ser establecido, esto es una cuestión que habrá que ver.
El país puede descender hacia el caos y Rusia puede verse obligada a intervenir.
La economía ucraniana puede también dirigirse hacia una catástrofe y una caída libre.
Dada la grave situación financiera en la UE, es improbable que la Unión tenga fondos suficientes para rescatar a Ucrania. De este modo, un rescate que estabilice a Ucrania puede no ser posible, incluso aunque EEUU y el FMI envíen los fondos que han prometido.
Tampoco está claro que Rusia vaya a proporcionar ayuda económica a Ucrania, dada la naturaleza del cambio de régimen y los claros objetivos anti-rusos del nuevo poder.
Factores históricos y culturales pueden jugar un gran papel en el futuro del país. Una gran parte del oeste de Ucrania, una zona que fue llamada Galicia oriental, estuvo bajo el control del Imperio Austro-Húngaro antes de la Primera Guerra Mundial y la religión mayoritaria allí es el Catolicismo.
Sin embargo, la mayoría del este y sur de Ucrania es Ortodoxa y de habla rusa. De este modo, la división cultural y religiosa es muy aguda.
La región autónoma de Crimea fue transferida de Rusia a Ucrania en 1954. La Flota rusa del Mar Negro está basada en Sebastopol bajo un acuerdo de cesión especial. Las intensas advertencias retóricas de Washington y Londres a Moscú para que no intervenga militarmente en Ucrania significan poco más que estas dos capitales parecen nerviosas acerca de tal posibilidad.
Está, sin embargo, dentro de las posibilidades de Rusia el defender Crimea y la flota rusa. Moscú puede decidir que es necesario hacerlo dependiendo del nivel de provocaciones y amenazas de Occidente y de cómo discurra la situación en Ucrania.
Es en interés de la paz que Occidente ponga fin a su política de cambio de régimen, que es una secuela de los tiempos de la Guerra Fría.”
Global Times (China)