Las tropas venezolanas tomaron una plaza de Caracas y expulsaron de ella a un grupo de manifestantes que la habían convertido en un punto fuerte durante seis semanas de violentas protestas contra el gobierno venezolano y el presidente.
Las tropas venezolanas tomaron una plaza de Caracas y expulsaron de ella a un grupo de manifestantes que la habían convertido en un punto fuerte durante seis semanas de violentas protestas contra el gobierno venezolano y el presidente Nicolás Maduro.
Los soldados de la Guardia Nacional lanzaron gases lacrimógenos y utilizaron cañones de agua para disolver a varios cientos de manifestantes que lanzaron, a su vez, bombas de gasolina y piedras contra las tropas antes de abandonar la Plaza de Altamira en el opulento este de Caracas.
Algunos soldados entraron en la plaza a bordo de motos y detuvieron a una decena de manifestantes, dijo uno de los testigos a Reuters.
Las tropas comenzaron a desmantelar las barricadas de los opositores, llevando a la práctica la promesa de Maduro de retomar el control de la plaza.
“Vamos a liberar los espacios públicos tomados por los manifestantes”, dijo Maduro en un discurso ante una manifestación pro-gubernamental.
Poco después del despeje de la plaza, el ministro para el Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, anunció que se había reactivado el servicio de Metrobús y que el transporte público había comenzado a funcionar con total normalidad en esa zona.