La violencia sectaria ha continuado aparentemente afectando a la ciudad de Homs. Según algunas fuentes, en el pasado fin de semana los enfrentamientos entre alauíes y sunníes habrían causado unas treinta v&
La violencia sectaria ha continuado aparentemente afectando a la ciudad de Homs. Según algunas fuentes, en el pasado fin de semana los enfrentamientos entre alauíes y sunníes habrían causado unas treinta víctimas.
El domingo 18 de julio, las fuerzas de seguridad fueron desplegadas en todas las partes de la ciudad, lo que sirvió para restaurar una precaria calma.
Pero el lunes, las fuentes –inverificables y, además, teñidas de partidismo- hablaron de diez civiles muertos por las fuerzas de seguridad. Y, según fuentes de los “militantes” (nombre con el que se conoce en los medios de comunicación occidentales a los opositores al régimen), la policía y los militares causaron el martes otras diez víctimas más al abrir fuego -por razones que los “militantes” no explican- contra un cortejo fúnebre.
Cabe señalar que el despacho de la Associated Press que recoge esta información, y que fue reproducido por los medios de comunicación occidentales, explica que el “militante” que anunció estos disparos contra el cortejo fúnebre dijo que no había visto por sí mismo tales hechos, sino que los había escuchado por boca de “personas que estaban dentro de la mezquita donde se celebró el funeral”.
Un residente local dijo a la corresponsal de la Associated Press que los habitantes de Homs se habían encerrado en casa, y que continuaba habiendo disparos en las calles.
En cuanto al “inevitable” Rami Abdel Rahman, éste anunció que se habían producido 13 muertos en los días 18 y 19 de julio, y aunque reconoció la naturaleza comunitaria de la violencia que ensangrienta Homs, acusó, sin embargo, al régimen de Damasco de haberla provocado a sabiendas.
Por su parte, la agencia oficial de noticias SANA denunció el 19 de julio las actividades de “grupos armados” decididos a sembrar el caos y el pánico en Homs.
Ella mostró imágenes de militares heridos durante los enfrentamientos así como el testimonio de tres de ellos de ellos: según el soldado Hassan al-Arif, él y sus compañeros fueron atacados por el fuego de armas automáticas y él mismo perdió dos dedos. El sargento Ayman, dijo que mientras su unidad patrullaba en el barrio de Nazihin cayó bajo el fuego procedente de un edificio y, a consecuencia del mismo, resultó herido. Este testimonio fue apoyado por el de otro soldado herido en las mismas circunstancias.
Dos o tres hechos probados
Una vez más, es difícil separar las cosas, pero dos o tres hechos probados son los siguientes:
En Homs, la violencia tiene una naturaleza intercomunitaria: los miembros de la minoría alauí querían vengar la muerte de tres de los suyos, cuyos cuerpos fueron encontrados “desmembrados”, según los mismos términos de las agencias de noticias occidentales. Los alauíes atacaron luego a miembros de la comunidad sunní, de la que provenían los asesinos.
-El ejército sirio intervino, tal vez con 24 horas de retraso, pero sólo él podía restablecer la paz civil en los barrios afectados por la violencia.
-Está claro que los opositores tenían armas y las utilizaron contra el Ejército.
-Las afirmaciones -y estimaciones numéricas - entregadas a los medios de comunicación por los “militantes” no son creíbles, y en especial las emitidas por Rami Abdel Rahman y su Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), del que recordamos aquí que es:
a) un militante de la oposición radical al régimen sirio.
b) un exiliado a sueldo de un gobierno extranjero (el sueco), que se muestra hostil al régimen de Bashar al Assad.
c) un autoproclamado especialista de la desestabilización política a través de las redes sociales por Internet.
d) un informante -preferido- los periódicos europeos, que no proporciona pruebas convincentes acerca de sus declaraciones y sigue siendo el más impreciso acerca de sus fuentes.
Sin embargo, la situación es, sin lugar a dudas, peligrosa en Homs, debido al riesgo de potencial expansión de la violencia sectaria a otras ciudades y regiones.
Pero es una burla por parte de Rahman el afirmar -sin pruebas, por supuesto- que es el poder baasista el que ha atizado la violencia interconfesional.
El argumento principal de justificación de este régimen es precisamente su carácter “supra-confesional” y su modelo de “laico”, que constituye una excepción en la región.
No es lógico que Bashar al-Assad y sus próximos fueran a correr el riesgo de sumir el país en una guerra civil incontrolable y empujar a toda la comunidad sunní al campo de la oposición, lo que no es ciertamente el caso actual.
Sin embargo, los activistas (muy) próximos a los saudíes -aliados y subordinados de los norteamericanos- han buscado precisamente desde hace meses, especialmente en Hama y en la región fronteriza con Turquía, crear una zona sin ley controlada por los salafistas.
En Irak ayer, y en Libia hoy, los estrategas de Washington han jugado la carta de la confrontación entre las comunidades religiosas, utilizando cínicamente a esos “yihadistas” a los que afirman combatir.
Queda la esperanza de que los sunníes, shiíes, alauíes y cristianos de Siria, ya vivan Homs u otros lugares, resistan las provocaciones de aquellos que quieren generar conflictos internos.
http://www.infosyrie.fr/actualite/que-se-passe-t-il-vraiment-a-homs/