El periodista británico Robert Fisk visitó la ciudad liberada de Yabrud el lunes, hablando a los residentes y contemplando la destrucción causada por los militantes respaldados desde el extranjero.
El periodista británico Robert Fisk visitó la ciudad liberada de Yabrud el lunes, hablando a los residentes y contemplando la destrucción causada por los militantes respaldados desde el extranjero.
En su artículo, publicado en el diario The Independent el lunes, Fisk habló acerca de la destrucción de los lugares de culto cristianos.
“La batalla de Yabrud está terminada, pero la Iglesia Greco-Católica ha sido salvajemente asaltada por los antiguos ocupantes rebeldes, sus calles están llenas de casquillos de bala y sus casas dañadas con agujeros.
Él dijo que tal destrucción en la iglesia no pudo ser causada por las fuerzas del gobierno sirio que acababan de recuperar la ciudad el domingo.
“La Iglesia Greco-Católica de Nuestra Señora es un lugar de vergüenza, de copias quemadas del Nuevo Testamento, pinturas desgarradas con cuchillos y mosaicos arrancados de las paredes”.
“Los escépticos podrían preguntarse si el régimen llevó a cabo este acto de sacrilegio -para beneficio de las cámaras- pero no habría tenido tiempo suficiente para destrozar este lugar de culto y arrancar los ojos de los santos del mosaico”, dijo Fisk.
El periodista británico también habló acerca de los actos llevados a cabo por los militantes respaldados desde el extranjero, especialmente los takfiris del Frente al Nusra, contra los residentes de la ciudad.
“La carretera que conducía a la ciudad está destrozada. Sus edificios, tiendas y almacenes fueron saqueados y la población se ocultaba con temor. Encontré a una sóla mujer en una calle de viviendas otomanas tan antigua que sus muros estaban hechos de adobe. Ella todavía tenía vacas en uno de los bajos. Um Qusai habló de como ella y otras 70 mujeres realizaron una manifestación en la calle contra los combatientes del Frente al Nusra, algunos de los cuales “ni siquiera hablaban árabe”.
Fisk citó a Um Qusai que dijo: “Ellos nos amenazaron y nos rodearon y nos prohibieron que nos manifestáramos. Dijeron que no podíamos pronunciar el nombre de Bashar al Assad y nosotras dijimos que no queríamos extranjeros en Siria. Llevamos a cabo luego otra manifestación. Éramos sólo 10 y ellos nos rodearon con 200 de sus combatientes. Luego, ellos llevaron a cabo su propia manifestación. Afirmaron por altavoces que el líder de nuestra protesta era un agente del gobierno.”
“Ella añade que los militantes obligaban a la gente en la ciudad a pagar altos precios por la comida que traían. Los cristianos tuvieron que pagar precios aún mayores como impuesto por su religión. Gran parte de esa comida era ayuda humanitaria gratuita de la ONU traída desde el Líbano, presumiblemente desde los campos de refugiados en los que los partidarios de los rebeldes han hallado refugio”, dijo Fisk.
Fisk se reunió también con el jefe de las unidades del Ejército sirio que lucharon en Yabrud, coronel Medin Abbadeh. El coronel describió a Fisk la batalla de dos fases que inevitablemente se trasladará ahora a la ciudad de Rankus, donde el Frente al Nusra está todavía presente.
“Una cosa es segura: la ruta hacia la ciudad libanesa de Ersal -desde la que los rebeldes habían traído muchas municiones- está ahora cortada. Otro golpe a los oponentes a Assad”, señaló.
“Los soldados de Abbadeh habían estado luchando durante dos días sin dormir, pero parecían hombres satisfechos, que creen que están ganando y eso puede ser verdad.”.
Fisk también dijo que había militantes árabes entre los takfiris. “Los oficiales sirios han encontrado pasaportes egipcios y de los EAU en la ciudad. Ellos fueron recuperados de los cadáveres de sus dueños”.
“No hay duda de que Yabrud será contada como una famosa victoria”, concluyó Fisk.