Varios millones de dólares de fondos gubernamentales norteamericanos destinados al avituallamiento por carretera de las fuerzas de EEUU en Afganistán han acabado en manos de los talibanes

Varios millones de dólares de fondos gubernamentales norteamericanos destinados al avituallamiento por carretera de las fuerzas de EEUU en Afganistán han acabado en manos de los talibanes a los que se ha pagado a cambio de permitir el paso de los convoyes, informó el Washington Post.

Según el periódico, que cita los resultados de una investigación realizada por el Ejército, la respuesta de las autoridades de EEUU y Afganistán a este descubrimiento ha sido lenta y las ocho empresas de transporte involucradas siendo parte de este programa, que tiene un monto total de de 2.160 millones de dólares y fue extendido durante seis meses por el Pentágono en marzo.

La investigación descubrió “pruebas creíbles (...) de la participación en actividades criminales o de apoyo al enemigo” por parte de cuatro de los ocho principales subcontratistas, dijo el diario.

Los investigadores rastrearon un pago de 7.4 millones de dólares a una de las empresas implicadas, que pagó a un primer subcontratista, que a su vez subcontrató con otra compañía el suministro de los camiones.

Los subcontratistas finales depositaron fondos en la cuenta de un responsable de la Policía Nacional Afgana a cambio de garantías sobre un salvoconducto para sus convoyes.

Los investigadores siguieron el rastro de 3.3 millones de dólares retirados de la cuenta oficial de ese responsable policial en 27 operaciones y que fueron donados a los insurgentes en forma de especies, armas y explosivos, dijo el diario.

“Es incomprensible”, dijo John Tierney, presidente demócrata de una comisión de supervisión de la Cámara de Representantes, que cree que el Ejército de EEUU se ha convertido en cómplice involuntario de una vasta operación de desviación de fondos hacia la insurgencia.

EEUU tiene desplegados unos 90.000 soldados en Afganistán, liderando una coalición que invadió el país en 2001.

Las fuerzas extranjeras, tres cuartas partes de ellas estadounidenses, ascienden ahora a unos 130.000 hombres.

El avituallamiento de estas fuerzas en este país sin litoral y montañoso se realiza principalmente por carretera, especialmente a través del vecino Pakistán.