La victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo en las elecciones municipales turcas enfriará aún más las relaciones entre Turquía y la Unión Europea.
La victoria del Partido de la Justicia y el Desarrollo en las elecciones municipales turcas y el tono y acciones cada vez más autoritarias del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, enfriará aún más las relaciones entre Turquía y la Unión Europea, señaló Reuters..
Tras las revelaciones acerca de la corrupción en los altos niveles del gobierno turco y el rechazo causado por la decisión del gobierno de Ankara de bloquear Twitter y YouTube, Turquía se ha alejado aún más de la UE con la que mantiene negociaciones para la adhesión desde 1999.
Aunque ambas partes han llegado a ciertos acuerdos en temas como el comercio, la energía y las infraestructuras, la UE no va a continuar las conversaciones de adhesión hasta que Erdogan dé muestras de que respeta las libertades civiles y el Estado de Derecho, señaló una fuente europea.
Esto se ha puesto de manifiesto en un comunicado publicado por la Comisión Europea pocas horas después de que los resultados finales de las elecciones locales, en las que el AKP obtuvo el 46% de los votos a nivel nacional, una cifra mayor a la que muchos esperaban.
“Tras los preocupantes acontecimientos que han tenido lugar en los pasados tres meses en Turquía, este país necesita implicarse plenamente en las reformas en línea con los estándares europeos”, dijo una portavoz de la Comisión Europea.
“También necesita abrirse a todos los ciudadanos, incluyendo a los que no forman parte de la mayoría electoral, y comprometerse lo más sólidamente posible con las reformas necesarias a fin de que se puedan realizar progresos con vistas a la adhesión a la UE”.
Hay, sin embargo, pocas señales de que Erdogan vaya a escuchar estos llamamientos, ya que él puede considerar que Turquía, un país de casi 75 millones de personas que sirve como puente comercial y de la energía entre varios países de Asia y Europa, es la que tiene la ventaja.
Su actitud hacia la UE desde que llegó al poder puede ser resumida con la frase de que “Europa necesita a Turquía más de lo que nosotros les necesitamos a ellos”. Esta confianza se ha visto reforzada tras la publicación de los resultados de las elecciones municipales del domingo, que le dan un fuerte espaldarazo.
“Él se siente hoy mucho más crecido, lo que le hace más inflexible y capaz de realizar cualquier cosa”, dijo Amanda Paul, experta en Turquía del Centro de Política Europea, un think tank con sede en Bruselas. “Es mucho poder en manos de un hombre que se ha vuelto cada vez más imprevisible y autoritario”, añadió.
“Vamos a atravesar un duro período. Es seguro que el año 2014 no va a traer ningún serio avance en lo que respecta a la adhesión”.
Ambivalencia europea sobre Turquía
El problema para la UE es que no tiene influencia sobre Turquía. Bruselas podría congelar las negociaciones, iniciadas en diciembre, sobre la supresión de visados, algo que Turquía ha buscado durante años. Sin embargo, esto no va a suceder, ya que sería visto como una sanción demasiado dura.
Además, “la UE no quiere abrir un nuevo frente con Turquía, especialmente en el actual contexto geopolítico de la crisis de Ucrania”, dijo un responsable de la UE.
“Turquía posee el segundo mayor Ejército de la OTAN, es un potencial centro de energía y está situada cerca de Siria e Irán. La comunidad empresarial no tiene tampoco ningún deseo de que se produzca un choque con Turquía”.
Quizás la indicación más clara de la ambivalencia de Europa son las suaves críticas de las grandes capitales europeas, como Berlín, París y Londres en relación a la represión lanzada por Erdogan en Internet.
Los líderes europeos pueden desaprobar las acciones de Erdogan, pero él continúa siendo primer ministro y podría asegurarse un cuarto mandato en las elecciones del próximo año, lo cual le permitiría seguir en el poder al menos hasta 2019.