El dirigente norcoreano acusó a Washington de rechazar las señales de apertura lanzadas por el Norte y de ser el responsable de las actuales sanciones.
El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha calificado de “muy grave” la situación en la Península Coreana, que conoce desde hace varios días un incremento de tensiones con intercambios de disparos en el mar entre el Sur y el Norte, maniobras militares en el Corea del Sur y una advertencia de un test nuclear por parte de Pyongyang.
“La situación actual es muy grave”, dijo Kim Jong-un durante una reunión con altos responsables militares, según las declaraciones el miércoles de la agencia oficial norcoreana KCNA.
El dirigente norcoreano acusó a Washington de rechazar las señales de apertura lanzadas por el Norte y de ser el responsable de las actuales sanciones.
“EEUU y otras fuerzas hostiles, ignorando nuestra buena voluntad, han intensificado sus maniobras militares a fin de debilitar políticamente a nuestra república, aislarla económicamente y aplastarla militarmente”, declaró el joven líder, de 31 años de edad, que llegó al poder en 2011.
“El Ejército y el pueblo norcoreanos no aceptarán esta “hostilidad estadounidense” y la “romperán en diminutos trozos”, añadió.
Las relaciones entre Pyongyang y Seúl han atravesado desde inicios de este año un período de relativa calma caracterizada por encuentros de alto nivel entre responsables de los dos gobiernos y una reunión de familias separadas durante la Guerra de Corea (1950-1953).
El inicio de las maniobras anuales conjuntas entre fuerzas surcoreanas y estadounidenses ha provocado, de nuevo, protestas en el Norte,
Sin embargo, en los últimos días el tono ha subido y Corea del Norte llevó a cabo ensayos con varias decenas de misiles de corto alcance y, la semana anterior, una prueba de dos misiles de alcance medio Rodong.
El domingo, Corea del Norte advirtió de que podría llevar a cabo un cuarto ensayo nuclear y el lunes efectuó maniobras en el Mar Amarillo, cerca de la frontera entre las dos Coreas. Los soldados de ambas partes intercambiaron disparos de obuses, pero éstos fueron dirigidos hacia el mar y no se produjeron muertos ni heridos.
Es de temer que algún incidente pueda desembocar en algo más serio que un simple intercambio con disparos.
Las maniobras y lanzamientos de Corea del Norte son una respuesta a los ejercicios militares anuales entre Corea del Sur y EEUU, que implican a varios cientos de miles de soldados así como un gran número de fuerzas terrestres, aéreas y navales.
Estas maniobras son vistas como una provocación por Pyongyang y en la primavera de 2013 estuvieron a punto de llevar a una guerra en la Península. En este último incidente, el liderazgo norcoreano avisó con anticipación de que realizaría maniobras con artillería a fin de evitar una lectura errónea de las mismas por parte de Corea del Sur.