La administración del presidente Barack Obama ha reconocido que su programa de ayuda a los opositores armados sirios ha fracasado.
La administración del presidente Barack Obama ha reconocido que su programa de ayuda a los opositores armados sirios ha fracasado. Una alta diplomática estadounidense dijo al Congreso que cientos de millones de dólares de ayuda a los rebeldes sirios no han provocado un cambio en la guerra de éstos últimos contra el gobierno del presidente Bashar al Assad. La diplomática estadounidense Anne Patterson dijo que la mayor parte de esta ayuda no ha beneficiado tampoco a los rebeldes armados a los que Washington califica de “moderados”.
Patterson, antigua embajadora de EEUU en Egipto, que ha sido nominada para convertirse en la próxima secretaria de Estado adjunta para Oriente Medio, dijo que “nuestras entregas de equipos “no letales” se han visto frustradas por una serie de temas logísticos y otros relativos a la seguridad”.
En un testimonio ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el pasado 26 de Marzo, Patterson indicó que los equipos estadounidenses había sido robados por jefes de milicia corruptos y dijo que la Administración estadounidense había detenido las entregas de equipos a los militantes sirios en diciembre de 2013 hasta febrero de 2014.
Ella señaló que las entregas de ayuda no letal a los rebeldes, incluyendo al Consejo Militar Supremo, apoyado por los países occidentales, fueron tomadas por el Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS).
“El suministrar este apoyo a grupos implicados en una batalla muy fluida ha supuesto un desafío”, dijo Patterson. En diciembre los almacenes de suministro del Ejército Sirio Libre en el norte del país fueron saqueados por militantes del Frente Islámico.
La administración estadounidense ha concedido 260 millones de dólares de ayuda no letal, incluyendo comida, equipos médicos y equipos de comunicaciones, a los militantes sirios, especialmente los del ESL.
Por su parte, el senador republicano Bob Corker ha señalado que “la política de EEUU ha fracasado totalmente en lo que respecta a lograr el objetivo de derrocar a Assad”.
Después de tres años de predecir la caída de Assad, la comunidad de inteligencia de EEUU ha concluido que el gobierno de Damasco está volviéndose más fuerte.
Por su parte, funcionarios estadounidenses afirmaron que la Administración estaba barajando otras opciones para “frenar a Assad” y poner fin a la guerra. Ellos dijeron que la ayuda norteamericana no será determinante para derrotar a las fuerzas gubernamentales o para cambiar el cálculo de Assad de seguir en el poder.
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