En su último libro Golpes y heridas - 50 años de secretos compartidos con François Mitterrand, el ex ministro de Exteriores Roland Dumas denuncia la injerencia israelí en los asuntos franceses.
En su último libro “Golpes y heridas - 50 años de secretos compartidos con François Mitterrand”, el ex ministro de Exteriores Roland Dumas habla sobre sus recuerdos con el hombre, y también ... (Y aquí es donde el autor sorprende y desentona) denuncia la injerencia israelí en los asuntos franceses.
Para ello, el autor ha tenido que quitarse los guantes diplomáticas y abrir el corazón: no hay tabúes, se habla de todo, se narra todo, se explica todo, sin lujos ni afectaciones.
Los israelíes manipulan la DST
“Los israelíes actúan como quieren en Francia, y manipulan al servicio de inteligencia francés (DST) como mejor les place”, se queja Dumas, no sin valentía.
Él evoca las circunstancias que rodearon la visita del jefe de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasser Arafat, a Francia a finales de los años 80, asegurando de ser él mismo el arquitecto de las relaciones con el líder palestino.
Según él, Mitterrand no estaba en contra de la idea de una reunión con él, pero temía la reacción del lobby judío: el lobby judío, como lo llamaba Mitterrand, estaba trabajando con fuerza. Las presiones fueron muy fuertes cuando Dumas anunció que tenía la intención de entrevistarse con Arafat durante su visita al Parlamento Europeo en septiembre de 1988. “Obtuve del presidente Mitterrand tras dolorosas negociaciones el permiso para verle. Después de repetir sus advertencias, él dijo: está bien, pero tu asumirás la responsabilidad... Tal vez con esto, él quería insinuar que tendría que dimitir si las cosas se volvían mal”.
Y añadió: “No estoy de acuerdo con la política de Israel. Siempre he sido fiel al principio de equilibrio establecido por el General De Gaulle con respecto a Oriente Medio. Los pueblos árabes tienen derecho al respeto. La política israelí actual no sigue el camino correcto.”
Las revoluciones árabes tendrán un fuerte impacto en Israel
En su libro publicado en abril pasado, el diplomático francés considera que las revoluciones árabes son el evento más importante después del fin del colonialismo y la caída del Muro de Berlín, y señala que su impacto en Israel será enorme.
Según él, Egipto está ahora pagando el precio de la humillación que hizo a sufrir al pueblo palestino, así como su filtreo con los estadounidenses y los israelíes.
Bashar al Assad, un hombre encantador
El ex ministro de Exteriores francés habla asimismo largo y tendido sobre Siria.
Él reveló que visitó al ex presidente sirio Hafez Al Assad en 1992 siguiendo una sugerencia de Shimon Peres, que era entonces el jefe de la diplomacia israelí.
Él narra una larga discusión que se centró en el Líbano, durante la cual Assad le explicó que Líbano era una tierra siria y que los problemas allí eran debidos a los británicos y franceses, que establecieron un reparto injusto del poder. Dumas afirma que sintió que Assad quería pincharle, pero sin ir tan lejos como para poner en cuestión las fronteras heredadas del colonialismo.
“Por el contrario, eso algo a lo que él se negó, aunque algunos dirigentes maronitas se lo sugirieron, según informó Karim Bakradouni”, un antiguo líder del partido libanés Falange-Kataeb.
Dumas también afirma haber conocido al actual presidente sirio Bashar al Assad, al que describe como un “hombre encantador que tiene una mente más abierta que su padre, un ingenio chispeante y un carácter que no rechaza las preguntas incómodas”. Él cree que los israelíes han estado equivocados al no negociar con él.
No hay armas nucleares en Irán
Dumas ha dedicado un capítulo importante a Irán, país que visitó varias veces para reunirse con su ex homólogo Ali Velayati y con el ex presidente Ali Akbar Hashemi Rafsanyani.
“La bomba nuclear iraní es, en mi opinión, como las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein. Es decir que yo no creo que exista. Todo lo que se comenta es sólo una intoxicación.”
Las tergiversaciones de la política francesa se deben a una “injerencia de origen conocido”, “lo que significa que el tener a Israel en las puertas hace que cualquier análisis diferente (al israelí) se vea como sospechoso”.
Dumas defiende el punto de vista iraní, que explica la necesidad de construir reactores nucleares para las necesidades energéticas, ya que sus reservas de petróleo se deberían agotar en unos 60 años.
“Lo que es cierto es que los iraníes quieren continuar su programa nuclear civil y que todos los informes indican que no hay armas nucleares”, concluyó.
Los rehenes franceses y el futuro de Chirac
Dumas también menciona el caso de los rehenes franceses en Líbano a mediados de los años 80 del siglo pasado y culpó del retraso de su liberación a la intrusión de Jacques Chirac y su equipo en las negociaciones llevadas a cabo entre Mitterrand y los iraníes. Él señaló que Chirac, que estaba entonces en la cúspide de su campaña electoral, llegó a un acuerdo más atractivo con los iraníes para que la liberación fuera pospuesta y pareciera debida a él mismo y esto favoreciera su futuro político.
Dumas no duda en revelar su camino personal, su visión política y sus opciones de vida en tanto primero que miembro de la Resistencia y luego socialista a partir de 1942. Él fue periodista, destacado abogado, diputado, dandy, ministro y más tarde presidente del Consejo Constitucional.
Él habla de su activismo en defensa de los militantes del Frente de Liberación Nacional argelino en los años 60 y de sus secretos, en especial con los presidentes y reyes árabes...
Roland Dumas, que recibió una amnistía en el caso de ELF en 2003, dimitió como presidente del Consejo Constitucional en 2000 tras ser acusado de favoritismo en la contratación de su antigua amante, Christine Deviers-Joncour. Él sólo lamenta este episodio espinoso en su carrera política.