El escenario militar en la Guta Oriental, en la provincia de Damasco, continúa siendo extremadamente complejo con la continuación de las operaciones militares contra los grupos armados.
El escenario militar en la Guta Oriental, en la provincia de Damasco, continúa siendo extremadamente complejo con la continuación de las operaciones militares contra los grupos armados, que están en una situación mucho más difícil en el pasado, aunque ellos siguen lanzando decenas de obuses de mortero sobre algunas zonas de la capital, Damasco.
En Maliha violentos choques han estallado dentro la localidad y sus alrededores en estos últimos días.
Por otro lado, los militantes de la Guta Oriental han lanzado varios disparos de mortero contra la zona de la Casa de la Ópera, cerca de la Plaza de los Omeyas, en Damasco, provocando la muerte de dos personas que se hallaban en el lugar. Otros obuses cayeron en el barrio de Kassaa, cerca de la Plaza de los Abbasíes, hiriendo a tres ciudadanos.
Hablando sobre la situación en Guta, un experto militar y estratega, Mohammed Farid Issa, dijo que “las pérdidas que los militantes han sufrido han tenido un impacto directo en sus capacidades para lanzar nuevos ataques y esto les ha obligado a retirarse y adoptar una posición defensiva. De este modo, la iniciativa ha ido a parar a manos del Ejército”.
Issa dijo al diario As Safir que “es demasiado temprano para hablar sobre el fin de los militantes en la provincia de Damasco, pero ellos se hallan en la actualidad en su posición más vulnerable desde la caída de Qalamún, que les ha privado de un buen número de capacidades logísticas, especialmente en la zona de Guta. Esto, a su vez, les ha llevado a economizar municiones y suministros.”
Él cree que “el impacto será incluso peor cuando Yubar, Maliha y Otaiba sean tomados por el Ejército, ya que ellos quedarán entonces atrapados totalmente y privados de cualquier flujo de combatientes, armas y municiones.” Él añadió que las operaciones militares bloquean los pasos hacia el exterior antes del ataque. Luego se mueven para estrechar el área controlada por los insurgentes y atacar sus centros de mando y control y a sus líderes.
Issa considera que “la posibilidad de que los militantes escapen son limitadas, incluso a través de los pasos en el desierto, ya que éstos están bajo el control del Ejército.”
El experto explicó que los “obuses de mortero que caen sobre Damasco no tienen un aspecto significativo en términos de poder destructivo. La mayoría de ellos son del calibre 82, tienen un rango de 3 kilómetros y pesan 3 kilos. Ellos son transportados individualmente sobre el hombro. Otros son de calibre 120, pesan 6 kilos y requieren un vehículo para su transporte y ser fijados al suelo.
En todos los casos, el Ejército está equipado para hacer frente a estas armas simples. Dispone de radares para localizar el punto de lanzamiento de un proyectil y enviar sus coordenadas a la artillería. Por otro lado, el uso de los morteros de forma indiscriminada contra la población es otro factor que se suma a la impopularidad de estos grupos, incluyendo entre personas que en un principio los apoyaron.