Noticias sobre el uso de armas químicas por parte del Ejército contra la oposición han vuelto a surgir y ahora es Israel el que lidera estas acusaciones. .
Siete meses después del fin de la crisis de las armas químicas en Siria, el Ejército sirio está realizando progresos en el campo de Damasco y los grupos opositores armados están intentado por todos los medios lograr una victoria estratégica en Alepo. Recientemente, noticias sobre el uso de armas químicas por parte del Ejército contra la oposición han vuelto a surgir y ahora es Israel el que lidera estas acusaciones.
Todas las voces que hablaban de organizar la Conferencia de Ginebra-3 para las negociaciones entre el gobierno sirio y la oposición han ido apagándose. Las circunstancias sobre el terreno han mejorado para el gobierno y éste ha impuesto la condición de que la oposición debe condenar el terrorismo para volver a negociar. El Ejército sirio y sus aliados continúan efectuando progresos sobre el terreno. Es sobre esta base que las últimas batallas lanzadas por la oposición en Quneitra, Kassab y Alepo han sido lanzadas.
Hasta ahora parece que de todas las batallas, la de Alepo continúa siendo siendo confusa, aunque parece que las cosas siguen como estaban, sin avances sustanciales por parte de los grupos armados, a pesar de la masiva movilización de estos últimos en la ciudad. En las batallas del campo de Damasco (la Guta Oriental y Qalamún), las fuerzas de la oposición han reconocido su derrota.
La oposición no está meramente hablando de hacer progresos en Alepo, sino prometiendo tomar el completo control de la ciudad. Los planes de los grupos armados buscan lograr una victoria rápida en Alepo antes de que el gobierno y sus aliados acaben sus batallas en Damasco y Homs. Una vez lograda la estabilidad en la provincia de la capital y en la región central de Siria, el gobierno liberará un gran número de sus fuerzas de élite y esto permitirá al Ejército sirio y sus aliados moverse hacia otros frentes activos. En ese momento, le será ya muy difícil a los grupos armados llevar a cabo progreso alguno de significado estratégico en el norte o el sur. Hasta el momento, las fuerzas de Al Qaida no han podido lograr ningún éxito importante en el norte. En Alepo, la lucha está llevada a cabo principalmente por terroristas del Yaish al Muhayirin wal Ansar, que incluye a muchos combatientes del Cáucaso que poseen experiencia de combate.
En este contexto, han vuelto a aparecer acusaciones de nuevo de que el Ejército ha utilizado armas químicas. En agosto de 2013, el gobierno sirio pidió una investigación sobre un incidente en el que los militantes utilizaron armas químicas en Jan al Assal, en Alepo, el mes de marzo anterior. Más tarde, en Guta Oriental los países occidentales acusaron a Siria de utilizar gases contra la oposición. Washington lideró entonces una campaña internacional para un ataque contra Siria hasta que Rusia propuso una solución que implicaba que Siria abandonaría su arsenal químico.
Esta vez, el gobierno sirio envió una carta a la ONU el 25 de Marzo diciendo que había controlado las comunicaciones entre miembros de grupos armados en Yobar, localidad adyacente a la capital, y ellas mostraron que “las organizaciones terroristas estaban preparándose para llevar a cabo ataques utilizando gases venenosos para intentar implicar a las fuerzas gubernamentales”.
Esta vez es Israel el que lidera las acusaciones contra el gobierno sobre la utilización de las armas químicas. El 7 de abril, el Canal 10 israelí informó que, “según una fuente de seguridad israelí”, el Ejército sirio había utilizado armas químicas contra los grupos armados al menos en una ocasión el 17 de Marzo en Harasta, al este de Damasco.
Según la fuente israelí, el material usado no fueron sustancias químicas mortales como las que se hallan en la lista materiales prohibidos, que está basada en un acuerdo con Occidente, sino sustancias que paralizan a los que se exponen a ellas durante varias horas.
Después de cuatro días, la oposición siria se hizo eco de estas acusaciones. La Coalición Nacional Siria emitió una declaración pidiendo una investigación sobre el uso de sustancias químicas en Harasta. La prensa occidental comenzó otra vez a lanzar acusaciones sin fundamento contra el gobierno sirio. Este último, por su parte, recordó que ya había denunciado ante la ONU los intentos de los grupos armados, contenidos en las conversaciones citadas, de utilizar gases concretamente en la ciudad de Kfar Zita, en el campo de Hama.
Washington se ha distanciado de este tema hasta ahora. La portavoz del Departamento de Estado, Jennifer Psaki, dijo el lunes que su país no tiene pruebas sobre el uso de sustancias químicas. Los gobiernos francés y británico parecen más interesados que otros en promover este asunto. Fuentes diplomáticas occidentales en París afirman que desde el fracaso de la Conferencia de Ginebra-2, las autoridades francesas han estado hablando de la “posibilidad” de que el gobierno sirio utilizara sustancias químicas que no son letales ni prohibidas internacionalmente y dijo que la comunidad internacional debía actuar para “frenar al régimen”.
Estas fuentes compararon estas afirmaciones a la grabación de un encuentro secreto entre el jefe de la inteligencia turca, Hakan Fidan, y el ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, junto con otros miembros del equipo de seguridad del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Durante esta reunión, ellos hablaron de crear un pretexto que permitiera a Turquía intervenir militarmente en Siria. Sin embargo, una intervención así no parece posible en este punto. Según una fuente próxima al gobierno en Siria, el objetivo de esta nueva campaña de intimidación es doble: exonerar a los grupos armados de lo que están haciendo sobre el terreno e intentar desesperadamente frenar los éxitos del Ejército sirio y sus aliados en la batalla de la provincia de Damasco con el fin de dar tiempo a los grupos armados para que puedan efectuar algunos progresos en el norte.
Al Akhbar