Según el decreto real, el adjunto al príncipe, el general Yusuf ben Ali al Idrissi, ha sido encargado de “asumir las funciones de jefe del servicio de inteligencia saudí por el momento.

El poderoso jefe de los servicios de inteligencia saudíes, príncipe Bandar bin Sultán, al que le fue retirada la gestión de los dossiers sirio e iraní recientemente, ha sido destituido de su cargo de jefe del servicio de inteligencia saudí, anunció el martes la agencia oficial SPA.

Según el decreto real, el adjunto al príncipe, el general Yusuf ben Ali al Idrissi, ha sido encargado de “asumir las funciones de jefe del servicio de inteligencia saudí por el momento.

La agencia oficial saudí no ha dado ninguna explicación sobre la partida del príncipe Bandar limitándose a indicar que ha sido “revelado de sus funciones a su demanda”.

El príncipe se encontraba desde finales de diciembre fuera del reino por razones de salud y estuvo hospitalizado en EEUU antes de dirigirse a reposar a su palacio en Marrakech, Marruecos, según fuentes diplomáticas.

Hijo del fallecido príncipe heredero y ministro de Defensa, Sultan bin Abdul Aziz, Bandar fue embajador en EEUU durante 22 años. En julio de 2012 fue nombrado a la cabeza del servicio de inteligencia saudí.

En febrero, diplomáticos indicaron que Arabia Saudí le había retirado la gestión del dossier sirio para pasarlo a las manos del ministro del Interior, príncipe Mohammed bin Nayef bin Abdul Aziz, en razón de su fracaso sobre el terreno en Siria.

Arabia Saudí es uno de los principales apoyos políticos y financieros de los militantes sirios y extranjeros que luchan en Siria.

El príncipe Mohammed bin Nayaf participó en febrero en Washington en una reunión de responsables de los servicios de inteligencia árabes y occidentales consagrada a la situación en Siria, lo que confirmó la marginación del príncipe Bandar en este tema.

Según fuentes diplomáticas, la gestión realizada por Bandar del dossier sirio fue criticada por EEUU y esta cuestión fue evocada por responsables estadounidenses durante su visita al reino.

Bandar reprochó, por su parte, a Washington no haber intervenido militarmente en Siria y su compromiso nuclear con Irán.

Por su parte, los dirigentes sirios e iraquíes han denunciado el apoyo de Bandar al terrorismo en sus países.

Bandar admitió su papel en el intento de asesinato fallido el 8 de Marzo de 1985 en Beirut contra el sabio shií libanés Hussein Fadlalá. Se trató de un atentado con coche bomba que costó la vida a 80 personas inocentes y que fue un acto de venganza por el ataque anterior contra el cuartel general de los Marines estadounidenses en la capital libanesa.