Aviones jordanos atacaron y destruyeron el miércoles varios vehículos que intentaban cruzar la frontera desde Siria, dijo un portavoz del gobierno.
Aviones jordanos atacaron y destruyeron el miércoles varios vehículos que intentaban cruzar la frontera desde Siria, dijo un portavoz del gobierno. Éste subrayó la preocupación de Ammán por las incursiones en su territorio de individuos procedentes de las zonas en Siria controladas por los grupos armados.
“Los aviones de la Fuerza Aérea Real atacaron el miércoles por la mañana varios vehículos que intentan penetrar en Jordania desde Siria,” dijo el Ejército jordano en una declaración. “Los aviones realizaron disparos de advertencia, pero ellos fueron ignoradas, lo que les llevó a destruir los vehículos. El Ejército no tolerará tales acciones”, dijo la declaración.
Una fuente de seguridad jordana dijo a AFP que los objetivos eran rebeldes sirios en vehículos que llevaban montadas ametralladoras.
Un portavoz del gobierno jordano, Mohammed al Momani, manifestó, por su parte, a Reuters que el reino está cada vez más preocupado por la infiltración de militantes desde Siria. “Los informes hablan de grupos armados que actúan cerca de la frontera y de la ausencia de seguridad allí”.
El gobierno jordano está preocupado especialmente por los militantes salafistas jordanos que han ido a luchar a Siria y que retornan luego a Jordania, donde algunos de ellos promueven la lucha armada para derrocar también al régimen del rey Abdulá II. Los guardas fronterizos jordanos han chocado con terroristas al otro lado de la frontera de Siria en varias ocasiones.
Desde el inicio del conflicto en Siria, la Inteligencia jordana, en colaboración con la CIA y el servicio de inteligencia saudí, ha entrenado, armado y financiado a miles de combatientes que iban luego a combatir a Siria.
Sin embargo, algunos de estos grupos parecen inclinados ahora a no respetar ya más el acuerdo sobre a quien deben dirigir sus armas y comienzan a pensar en extender su “yihad” hacia Jordania. De hecho, se está produciendo ahora un flujo en el contrabando de armas en sentido inverso.
Según señala el diario As Safir, un gran número de armas fueron introducidas en Siria desde Jordania en previsión de una gran ofensiva contra Damasco. Sin embargo, las ofensivas del Ejército sirio en esta parte del país han llevado a la progresiva desintegración del frente sur de la oposición armada y a un retorno de estas armas hacia Jordania.
Algunas fuentes señalan que el ataque aéreo fue una respuesta de Jordania al chantaje del grupo que secuestró al embajador jordano en Libia, Fawaz Eitan, esta semana y exigió que sean transferidas más armas y dinero a Siria con destino a militantes asociados al mismo.
Cabe señalar que la zona en la cual tuvo lugar el ataque está controlada por el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaida, cuyo líder local es Bashar al Zubi, que está considerado el hombre más poderoso de la oposición armada en el Sur de Siria. Él ha mantenido encuentros con la inteligencia jordana, que medió entre él y la inteligencia saudí. De hecho, el pasado otoño fue organizado un encuentro entre Zubi y el viceministro de Defensa saudí, Salman bin Sultan, hermano de Bandar bin Sultan, que supervisa la ayuda a los terroristas en el frente sur de Siria. En la actualidad, se calcula que unos 2.000 salafistas jordanos están luchando en las filas del Frente al Nusra o de otros grupos similares.
Cambio de posición jordana
Sin embargo, ahora, tras tres años de apoyo a los militantes en Siria y el fracaso de estos últimos en lo que se refiere al derribo del gobierno sirio, los círculos de poder jordanos han llegado en la actualidad a tres conclusiones: 1) El presidente sirio, Bashar al Assad, y su régimen van a continuar. 2) No hay amenaza de una intervención militar norteamericana u occidental en Siria y EEUU teme que la oposición siria consiga armas de alta tecnología que puedan ser trasladadas a otros escenarios. 3) Las consecuencias de la crisis siria podrían extender el extremismo al interior de Jordania.
De este modo, la anterior estrategia de apoyo a los grupos terroristas podría convertirse al final en una seria amenaza para la estabilidad del régimen jordano habida cuenta de la existencia de muchos grupos radicales en Jordania, que están alimentados por el descontento de la población hacia la política económica y, sobre todo, la política exterior jordana, dependiente de EEUU.
Según el diario Al Akhbar, círculos dentro del régimen jordano consideran que la presencia de extremistas en Deraa, en el sur de Siria, supone en la actualidad una mayor amenaza para Jordania que para Siria. Ammán ha enviado emisarios a Damasco y está mostrando que prefiere irónicamente una victoria del Ejército sirio en el sur de Siria. Los círculos de poder jordanos han llegado, en este sentido, a la conclusión, de que el mantenimiento del régimen sirio es lo que más conviene a Jordania.
El poder jordano ha llegado a la conclusión también de que no existen “moderados” en el seno de los grupos armados sirios y espera, pues, que el Ejército sirio tome el control de la frontera lo antes posible.
El cambio de política de Jordania se ha visto también favorecido por el conflicto entre Arabia Saudí y Qatar y la confusión causada en los saudíes por la decisión turca, con el apoyo financiero de Qatar, de abrir las batallas de Kassab-Latakia y la de Alepo, lo que puede llevar a un incremento de la influencia turca y qatarí en el seno de la oposición armada siria. Esto conlleva también un aumento de la influencia política y militar de los Hermanos Musulmanes sirios, apoyados por Ankara y Doha, lo cual no hace felices a los dirigentes de Jordania y Arabia Saudí, que tienen sus propios problemas con dicha organización en sus países y otros como Egipto.
Ammán no está satisfecha por el ataque turco en Kassab y lo ve como un desarrollo negativo. Abdulá II de Jordania no confía en el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, al que considera un instigador sectario.
El factor ruso
Durante la reciente visita del rey Abdulá II de Jordania a Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió a Jordania acerca de la apertura del llamado frente sur y dijo que Rusia no aceptará ninguna intervención militar extranjera en Siria. También dijo que Moscú permanecerá al lado de Damasco si se producía tal operación en el sur.
Los jordanos no parecen, sin embargo, dispuestos a abrir ya un frente sur en la guerra de Siria que les colocaría a ellos en primera línea de la agresión. Ellos dijeron a sus anfitriones rusos que las garantías de protección de los norteamericanos no son suficientes para proteger al reino de las repercusiones que se pueden derivar del conflicto de Siria y la expansión del extremismo dentro de la propia Jordania. Además, Jordania y Rusia han alcanzado un acuerdo para llevar a cabo algunos proyectos militares conjuntos y de cooperación nuclear y Ammán no quiere poner en peligro tales acuerdos mediante una política intervencionista en Siria.
De este modo, los círculos del poder jordano han llegado a la decisión de que la supervivencia y victoria del régimen sirio, y no su caída o la continuación de la guerra, es lo que más interesa a Jordania desde un punto de vista político y estratégico. Ammán está buscando ahora la reconciliación con Damasco, pero este hecho tiene que pasar a través de Rusia con el fin de obtener acuerdos y garantías.