El Kremlin prepara una nueva política cultural para Rusia que hace referencia a los valores tradicionales distintivos de la civilización rusa.
El Kremlin prepara una nueva política cultural para Rusia que hace referencia a los valores tradicionales distintivos de la civilización rusa. El pasado jueves, el presidente ruso, Vladimir Putin, habló sobre esta cuestión.
Putin afirmó que Rusia tiene sus propios “códigos culturales” y sus “propios valores morales”. Él considera que los rusos, a diferencia de los occidentales, son generosos y dispuestos al sacrificio.
“Ésas son las raíces profundas de nuestro patriotismo”, dijo Putin.
En base a estos “valores culturales tradicionales” el Ministerio de Cultura ruso está trazando una nueva estrategia que daría pie a una nueva ideología estatal, que establecería un vínculo con la historia de Rusia, incluyendo la de la Unión Soviética. Al mismo tiempo, la Iglesia Ortodoxa rusa está también jugando un papel en el diseño de los valores tradicionales y espirituales que proceden de esta fe.
Una de las conclusiones de la nueva ideología rusa es que “Rusia no es Europa”. Rusia es un cruce de caminos entre Europa y Asia y debe optar entre su extinción cultural, si opta por copiar los valores occidentales, o la preservación de sus “pilares morales y espirituales” distintivos. Esto último sólo puede tener lugar a través de una “política cultural estatal”.
Un primer borrador del documento sobre la nueva política cultural ha sido filtrado a la prensa y está siendo examinado por un equipo de trabajo en el Kremlin encabezado por uno de los principales aliados de Putin, el jefe de Gabinete, Serguei Ivanov, un antiguo agente del KGB, que ha sido recientemente sancionado por EEUU.
“Rusia es una civilización antigua, independiente y distintiva”, dijo el ministro de Cultura, Vladimir Medinsky, en una conferencia de prensa el miércoles.
En una entrevista con el diario Kommersant, Medinsky añadió que Rusia “está obligada a protegerse culturalmente” de lo que ve como “la degeneración de la cultura contemporánea occidental”. “Quizás Rusia se convierta en el último custodio de los valores de la civilización europea”, señaló.
“La crisis de Crimea ha reforzado esta tendencia” tras varios intentos de erradicar la influencia cultural occidental como fue el caso de la ley dirigida contra las ONGs que están bajo la influencia y control de agentes extranjeros, señaló el ministro.
Él añadió que la nueva política rusa será implementada “no por burócratas” sino por “expertos y respetadas figuras de la cultura”.