Las oportunidades de que se aplique un acuerdo alcanzado el jueves en Ginebra entre representantes de la Unión Europea, EEUU, Rusia y Ucrania sobre la situación en Ucrania no están claras.
Las oportunidades de que se aplique un acuerdo alcanzado el jueves en Ginebra entre representantes de la Unión Europea, EEUU, Rusia y Ucrania sobre la situación en Ucrania no están claras. Los insurgentes separatistas del Este del país rechazaron el sábado el acuerdo concluido el jueves en Ginebra para aliviar la crisis.
Por su parte, las autoridades pro-occidentales de Kiev han prometido que la operación militar que las tropas ucranianas llevan a cabo en el Este y Sur del país continuará y señalaron que su alcance dependerá del tiempo que “los terroristas continúen en este país”, dijo Marina Ostapenko, portavoz del Servicio de Seguridad Estatal de Ucrania (SBU).
Las tropas ucranianas intentaron esta semana llevar a cabo una operación de fuerza contra los rebeldes pro-rusos en algunas ciudades del Este, pero ella terminó en fracaso.
Las autoridades ucranianas tienen también en cuenta la actitud de Rusia, cuyo presidente, Vladimir Putin, ha prometido asegurar “a todo precio” la protección de los rusoparlantes en las zonas del Este y Sur de Rusia. Según la OTAN, Rusia ha movilizado a unos 40.000 soldados cerca de la frontera con Ucrania.
El portavoz del presidente ruso, Dimitri Peskov, dijo que Rusia tiene derecho a movilizar sus tropas en cualquier parte de su territorio, incluyendo en la frontera con Ucrania, país que vivió el pasado mes de febrero un golpe de estado que derrocó al presidente constitucional Viktor Yanukovich.
EEUU ha dicho que “observará de cerca” los movimientos rusos para asegurarse de que Moscú respeta los compromisos del acuerdo de Ginebra. “Vamos a observar de cerca a Rusia para ver si cumple o no con la responsabilidad que le incumbe de hacer salir a las milicias irregulares de los edificios que ocupan”, declaró Susan Rice, consejera de Seguridad Nacional de Obama.
Por su parte, en una entrevista telefónica con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, “exhortó a un respeto total e inmediato del acuerdo de Ginebra del 17 de abril”, según indicó un alto cargo del Departamento de Estado.
El acuerdo contempla el desarme de los grupos armados, la evacuación de los edificios públicos ocupados, una amnistía para los insurgentes “no culpables de delitos de sangre”, la concesión de una amplia autonomía para las regiones y la protección del estatus del idioma ruso.
Sin embargo, los insurgentes del Este y Sur de Ucrania han rechazado el plan, lo cual ha levantado la posibilidad de participación de este país de 46 millones de habitantes. Los insurgentes han rehusado también reunirse con Yulia Timoshenko, candidata a la presidencia en las elecciones del próximo 25 de Mayo, que quería ir a Donetsk, la gran ciudad industrial del Este, para encontrarse con los líderes de la revuelta pro-rusa.
“(El presidente interino Okesander) Turchinov y (el primer ministro Arseniy) Yatseniuk deben primero ellos evacuar los edificios que ocupan ilegalmente después de su golpe de estado”, dijeron representantes de los separatistas.
Ellos señalan también que la “descentralización” prometida por Kiev queda lejos de la federalización que los pro-rusos y Moscú desean, pero que los gobernantes ucranianos rechazan porque podría llevar a la división del país.
Los manifestantes pro-rusos continúan detentando el control de los edificios públicos en media docena de ciudades del Este pro-ruso.