El gobierno interino de Ucrania, que dio el miércoles la orden de lanzar, la ofensiva contra los activistas pro-rusos en el Este del país, ha afirmado contar con el apoyo de EEUU para tal acción.

El gobierno interino de Ucrania, que dio el miércoles la orden de lanzar, la ofensiva contra los activistas pro-rusos en el Este del país, ha afirmado contar con el apoyo de EEUU para tal acción, incluyendo promesas de ayuda frente a la “agresión” de los manifestantes.

Responsables estadounidenses han visitado Kiev en los últimos días y han calificado la prevista ofensiva contra los activistas pro-federalización en el Este como una “operación antiterrorista” dirigida a restablecer “la paz y el orden” en esa parte del país.

Por su parte, el vicepresidente estadounidense Joe Biden visitó Kiev esta semana para mostrar su apoyo a las nuevas autoridades ucranianas surgidas de un golpe de estado llevado a cabo por organizaciones neonazis y ultranacionalistas contra el gobierno anterior y el presidente Viktor Yanukovich. Durante su visita, él se reunió con el presidente ucraniano, Oleksander Turchinov, y el primer ministro, Arseniy Yatseniuk. Algunos analistas creen que Biden habría dado luz verde a la operación en el Este de Ucrania.

Esto se produce en un contexto de despliegue de tropas estadounidenses en los Países Bálticos y en Polonia, cerca de las fronteras rusas. Los primeros 130 soldados norteamericanos llegaron el jueves a Polonia como avanzadilla de otros  centenares, 600 en total, que serán desplegados en el Este de Europa para unos ejercicios militares. El embajador estadounidense, Stephen Mull, presentó el despliegue como parte de “una solemne obligación” de confrontar a Rusia militarmente.

Los dirigentes de Polonia, uno de los países promotores de las protestas de Maidan y el golpe de estado en Kiev, han hablado abiertamente de que tales despliegues van dirigidos contra Rusia. El primer ministro, Donald Tusk, dijo que estas tropas eran una “garantía de la seguridad de Polonia” frente a una invasión rusa.

El portavoz del Pentágono, John Kirby, también presentó dicha acción como “un mensaje a Moscú” e insistió en que la presencia de tropas era una indicación de que EEUU se toma sus obligaciones hacia Europa “muy, muy en serio”.

A esto hay que añadir que el pasado martes, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, advirtió a su homólogo ruso, Serguei Lavrov, que EEUU impondría más sanciones contra Rusia si no se produce una disminución de la intensidad en el conflicto del Este de Ucrania.

Pese a todo, no hay indicación de que el presidente de EEUU vaya a proporcionar un sustantivo apoyo a Kiev, que necesita al menos 30.000 millones para evitar la bancarrota. La economía del país se encogerá un 3% este año. Su moneda, el grivna, ha caído un 35% frente al dólar y su déficit fiscal se ha elevado hasta un 9% del PIB. Biden prometió durante su visita sólo 1.000 millones de dólares de ayuda.

Alentados por este apoyo estadounidense, los dirigentes ucranianos iniciaron el miércoles una ofensiva para “liquidar” a los grupos de activistas y manifestantes opuestos al gobierno de Kiev en el Este. “Las fuerzas de seguridad están trabajando para la liquidación de grupos armados ilegales” en el Este de Ucrania, dijo el viceprimer ministro ucraniano, Vitali Yarema. “Las correspondientes acciones serán llevadas a cabo en un inmediato futuro y veréis pronto los resultados”.

Sin embargo, Kiev ha sido también advertido de que EEUU no podría hacer nada en caso de una confrontación de Ucrania con Rusia.