El Consejo de Seguridad de la ONU celebra hoy una nueva sesión a puertas cerradas para analizar el conflicto en Siria, jornada en la que sus 15 miembros escucharán un reporte de Ban Ki-moon.
El Consejo de Seguridad de la ONU celebra hoy una nueva sesión a puertas cerradas para analizar el conflicto en Siria, jornada en la que sus 15 miembros escucharán un reporte del secretario general Ban Ki-moon.
Se trata del segundo informe sobre la situación en el país levantino, desde que el Consejo adoptara en febrero la resolución 2139, destinada a instar a las partes enfrentadas por más de tres años a garantizar el acceso humanitario a la población civil.
Según el documento, Ban debe presentar ante el órgano un reporte sobre los progresos en el terreno, de cara a la asistencia a las víctimas de la crisis que es obstaculizada por las acciones de los extremistas y mercenarios apoyados desde el exterior que tratan de derrocar al presidente Bashar al Assad.
El nuevo informe -divulgado aquí- cubre del 22 de marzo al 21 de abril, y se espera que al igual que en marzo su introducción corra a cargo de la secretaria general adjunta para cuestiones humanitarias, Valerie Amos.
De acuerdo con el texto, en la etapa evaluada prosiguieron los combates entre tropas gubernamentales y los grupos armados, así como entre diversas facciones de estos últimos.
Las gobernaciones de Aleppo, Ladhiqiyah, Dara, Homs y Rif Dimashq son las más golpeadas por el conflicto, señala la ONU, que reconoce limitaciones a la hora de confeccionar el material, ante la falta de datos.
A través del informe, el Secretario General reitera que la salida política es la única viable para detener los enfrentamientos, por lo cual lamenta el poco avance en las rondas de negociaciones celebradas en Ginebra.
En la consulta se espera la intervención del representante permanente de Siria ante Naciones Unidas, Bashar Jaafari, quien al igual que su Gobierno solicita de manera recurrente a la ONU informes objetivos sobre el conflicto.
El diplomático critica el escaso o nulo reconocimiento del impacto del terrorismo sobre la población civil, un hecho que, a su juicio, se repite en el texto presentado el miércoles.
Para Damasco, el terrorismo es el principal problema a superar, en aras de buscar una solución a la crisis entre los propios sirios y sin injerencia extranjera.
Yaafari también rechaza con fuerza que se atribuyan al gobierno crímenes contra los civiles.
“Nosotros no asesinamos a nuestra gente”, sentenció recientemente en un encuentro con la prensa.