Un artículo aparecido en el Wall Street Journal el domingo ha revelado que el Pentágono ha planeado una serie de “opciones militares” contra China.
Un artículo aparecido en el Wall Street Journal el domingo ha revelado que el Pentágono ha planeado una serie de “opciones militares” contra China en relación a las disputas entre este país y otros vecinos en los Mares de China Oriental y China Meridional. Estas opciones, descritas como “fuertes y provocativas”, incluyen operaciones de vigilancia y patrulla cerca de China, el despliegue de bombarderos nucleares B-2 y B-52 en la región y el envío de un portaaviones al Estrecho de Taiwan, como medio de hacer frente a las “provocaciones chinas”.
El artículo del WSJ fue publicado durante la pasada gira del presidente de EEUU, Barack Obama, por cuatro países de Asia -Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas- en un esfuerzo de garantizar a los aliados de EEUU de que Washington continúa comprometido a su “giro hacia Asia”, es decir el cerco militar, mediante alianzas y bases, contra China.
Durante su visita a Japón, Obama declaró que “nuestro objetivo no es contener a China”, pero manifestó, en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que el compromiso de EEUU con la seguridad de Japón era “absoluto”. Él prometió apoyo, incluso militar, a las reclamaciones territoriales japonesas contra China y afirmó que EEUU desplegaría “los sistemas de armas más avanzados en Japón”. El pasado mes de noviembre Washington denunció la declaración de Pekín sobre la creación de una zona de defensa aérea que cubría las islas Senkaku/Diaoyu, que China y Japón se disputan, y envió dos bombarderos B-52 a patrullar la zona.
Los planes del Pentágono, dados a conocer por el WSJ, incluyen también un masivo ataque contra las infraestructuras militares chinas, utilizando misiles, aviones y barcos de guerra, que podría escalar fácilmente hacia una guerra nuclear. EEUU y Japón están construyendo un sistema antimisiles utilizando la supuesta amenaza de Corea del Norte como pretexto, del mismo modo que Washington utiliza la excusa de Irán para desplegar otro sistema similar en Europa, que está claramente dirigido contra Rusia. Dichos planes también incluyen un bloqueo contra los barcos chinos en la zona del Estrecho de Malaca con el fin de bloquear las importaciones de petróleo chinas.
En otro artículo publicado en el Financial Times titulado “EEUU expande su presencia en Asia”, se alude al recién firmado tratado entre EEUU y Filipinas para el despliegue de miles de soldados en este último país y se señala que EEUU intenta lograr otros acuerdos similares para el envío de tropas a Indonesia y Malasia. Asimismo, el diario señala que algunos aeropuertos que datan de la Segunda Guerra Mundial y que están situados varias islas del Pacífico, como Tinián y Saipán, han comenzado a ser rehabilitados para su posible uso por aviones estadounidenses. El periódico recuerda que el aeropuerto de Tinián fue utilizado por el Enola Gay, el avión que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima.
La voluntad de EEUU de unirse a un posible conflicto de Japón contra China por unas pequeñas islas deshabitadas en el Mar de la China Oriental demuestra la irresponsabilidad de la política exterior estadounidense, capaz de provocar y amenazar al mismo tiempo a dos grandes potencias nucleares, China y Rusia, en dos escenarios distintos.
Al mismo tiempo, Washington está mostrando un apoyo al gobierno de Abe, que ha multiplicado sus provocaciones contra China, incluyendo su visita en diciembre al templo de Yasukuni, donde están enterrados los muertos japoneses en la Segunda Guerra Mundial, incluyendo 14 criminales de guerra de Clase A. Abe ha dado pasos en estos últimos años para la expansión del poder militar japonés y ha adoptado una estrategia de dureza frente a China y Corea del Norte. En Junio de 2010, la presión estadounidense hizo dimitir al primer ministro Yukio Hatoyama, que buscaba expandir las relaciones de Japón con China y eliminar las bases estadounidenses de Okinawa.
Las acciones de EEUU en Ucrania y su estrategia antichina en Asia son dos ejemplos de que, a pesar de sus crecientes limitaciones, Washington está todavía tratando de someter la masa terrestre de Eurasia a la hegemonía estadounidense, lo cual le llevará a un choque inevitable con China y Rusia. En 1997, el ex consejero de seguridad nacional de EEUU, Zbigniew Brzezinski advirtió ya que “la distribución de poder en Eurasia tendrá una importancia decisiva en la primacía global de EEUU”.
Rusia y China son conscientes de estos planes. Moscú actuó ya decisivamente el pasado año para evitar la agresión estadounidense contra Siria y está librando ahora un pulso con EEUU a propósito de Ucrania. China, por su parte, está desarrollando nuevos sistemas de armas, incluyendo misiles antibuque de gran alcance, que impidan el control estadounidense de las aguas cercanas a sus costas. Una política más dura de EEUU hacia China en Asia puede llevar a Pekín también a estrechar su alianza con Rusia, ya materializada a través de la Organización de Cooperación de Shanghai, y a poner en marcha políticas más asertivas en Asia y otras partes del mundo.