El portavoz del Ministerio del Interior de Arabia Saudí, mayor general Mansur al Turki, reveló el arresto y desmantelamiento de una célula terrorista vinculada a Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS)
Recientemente, el portavoz del Ministerio del Interior de Arabia Saudí, mayor general Mansur al Turki, reveló el arresto y desmantelamiento de una célula terrorista vinculada a Estado Islámico en Iraq y Siria (EIIS), que estaba, según dijo, preparando “ataques terroristas contra instalaciones estatales e intereses extranjeros en el reino”.
Esta revelación saudí contiene algunos elementos nuevos con respecto a otras anteriores. En primer lugar, habla de una “organización” -y no de una “célula terrorista”- que comprendería a unas 65 personas, la mitad de ellas saudíes que habían sido liberadas anteriormente en base a un programa de rehabilitación, que fue una de las “ideas” del ministro saudí del Interior, príncipe Mohammed bin Nayef, con el fin de luchar contra el extremismo en general y Al Qaida en particular dentro del reino.
Esto da a entender que el famoso programa, basado en cursos de formación y asesoramiento, que ganó una reputación internacional, no ha alcanzado sus objetivos como se evidencia con el retorno de estas treinta personas a las actividades terroristas.
En segundo lugar, los miembros de esta organización juraron lealtad al EIIS y a su líder, Abu Bakr al Bagdadi, y recogieron unos 250.000 dólares en donaciones de simpatizantes de esta organización dentro de Arabia Saudí. Esto demuestra la capacidad del EIIS para extender sus redes a países fuera de Iraq y Siria. Recientemente, el EIIS inició también sus actividades en Jordania.
En tercer lugar, el descubrimiento de la presencia de la red terrorista en Arabia Saudí desmiente la tesis, que el régimen saudí ha tratado de difundir durante años, de que sus fuerzas de seguridad habían logrado eliminar la presencia de Al Qaida y otros grupos que adoptan su ideología dentro del reino. Es muy probable que existan otras redes y células terroristas que actúen en la clandestinidad y no han sido descubiertas.
En cuarto lugar, el general Turki dijo en su conferencia de prensa que la red disponía de laboratorios para fabricar circuitos electrónicos utilizados en la fabricación de bombas, métodos de interferir las señales electrónicas y realizar escuchas telefónicas etc. Esto demuestra la implicación en la organización de técnicos y personas con un alto nivel de formación. Este nivel se alcanza o bien en las universidades o bien en cursos ofrecidos por los grupos terroristas en Iraq, Siria, Libia o Yemen, donde ellos disponen de infraestructuras.
En quinto lugar, este descubrimiento ofrece pistas acerca del cambio en las políticas del régimen saudí hacia la intervención de sus súbditos en la guerra de Siria. Durante al menos dos años, el régimen saudí no sólo hizo la vista gorda con respecto a la lucha de sus nacionales en Siria, sino que apoyó la participación de jóvenes saudíes en el “yihad” en ese país ya fuera de forma directa o indirecta. Algunos predicadores saudíes hicieron llamamientos en las cadenas de televisión en este sentido.
Ahora, sin embargo, las autoridades saudíes han descubierto que la intervención de los saudíes en Siria ha llevado a la creación de redes terroristas en el reino que buscan derrocar al régimen, y esto les ha llevado a cambiar de política. El monarca ha aprobado recientemente varios decretos para castigar, con penas de hasta 20 años de cárcel, a los saudíes que luchen en el extranjero.
El general Turki afirmó que la organización utilizaba las redes sociales en Internet, como Facebook, para reclutar a jóvenes y esto explica la campaña del gobierno saudí para controlar estas redes, aprobando leyes con penas severas incluso contra aquellos que las utilicen para pedir reformas políticas.
En resumen, el monstruo que Arabia Saudí contribuyó decisivamente a crear se ha vuelto contra su creador. Hoy en día, Arabia Saudí está rodeada de países con activa presencia de grupos terroristas: Yemen, Siria e Iraq. Estos grupos no reconocen las fronteras y, a pesar de la adhesión del régimen saudí al wahabismo, ideología que Al Qaida suscribe y promueve, los grupos extremistas ven al régimen saudí como corrupto, opresor y vendido a intereses extranjeros, y consideran la lucha contra él un deber.
La participación en el conflicto de Siria ha convertido a estos grupos en mucho más eficientes debido a la experiencia militar y de liderazgo que han adquirido allí. Ahora, a su vuelta a casa, buscarán continuar su combate en su propio suelo.