La visita del jefe de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Yarba, a Washington se ha saldado con un nuevo fracaso.
La visita del jefe de la Coalición Nacional Siria, Ahmad Yarba, a Washington se ha saldado con un nuevo fracaso. Lejos de las cámaras, el presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió con Yarba, dijo el martes la Casa Blanca en un comunicado que no hace mención a las armas reclamadas por la oposición armada para combatir a las autoridades sirias.
Yarba no ha podido conseguir así el objetivo de la visita: el recibir nuevas armas. Él ha agradecido a la parte estadounidense por “la ayuda no letal”, que alcanza los 287 millones de dólares, sin evocar su demanda incesante: el suministro de armas antiaéreas para combatir a la aviación siria.
La respuesta ofrecida por el secretario de Estado, John Kerry, fue que “comprendemos” esta petición de la oposición, pero no hizo ninguna promesa en este sentido.
Varios funcionarios de la Administración, el Departamento de Estado y los servicios de inteligencia han aconsejado a Washington no armar a la oposición siria. El director del Consejo de Relaciones Exteriores, Richard Haas, el ex embajador de EEUU en Iraq, Ryan Crocket, el antiguo responsable de la CIA para Oriente Medio y el Sur de Asia, Paul Pillar, hicieron esta recomendación también en un reciente panel en Washington.
La Administración Obama, muy reticente a implicarse militarmente de forma directa en Siria, considera que estas armas pueden caer con toda probabilidad en las manos de grupos extremistas, algunos de ellos vinculados a Al Qaida, que podrían utilizarlas luego contra EEUU, sus aliados europeos o Israel.
Yarba recibió, sin embargo, las “felicitaciones” estadounidenses por los “progresos” realizados por la oposición siria para unir sus filas, algo que no se entiende muy bien habida cuenta de las crecientes divisiones y abandonos en el seno de la coalición.
Obama y su consejera de seguridad nacional, Susan Rice, repitieron también que “Bashar al Assad ha perdido toda legitimidad para dirigir Siria y no tiene sitio en el futuro del país”, según el texto del comunicado.
El texto menciona también una identidad de puntos de vista sobre el “carácter ilegítimo de los proyectos del régimen de Assad de organizar elecciones”. La pasada semana Yarba dijo que los comicios del 3 de Junio, en los cuales Assad parte como favorito, eran una “farsa” que daría al jefe del estado sirio “licencia para matar durante numerosos años en el futuro”.
Las discusiones entre Obama, Yarba y Rice también giraron sobre “los riesgos que representa el creciente extremismo en Siria” y “la necesidad de luchar contra los grupos terroristas en cada campo”.