La batalla de Qalamún finalizó el 14 de abril de este año cuando fuerzas del Ejército sirio y de Hezbolá tomaron el control de las últimas localidades de dicha región montañosa.
La batalla de Qalamún finalizó el 14 de abril de este año cuando fuerzas del Ejército sirio y de Hezbolá tomaron el control de las últimas localidades de dicha región montañosa, situada en la provincia de Damasco.
El Qalamún constituye el nudo que enlaza Damasco con Homs y con la costa del litoral sirio y el paso que permitía la entrada de combatientes y armas dirigidos hacia la Guta Oriental, junto a la ciudad de Damasco.
La batalla de Al Qusair, al principio de la intervención de Hezbolá en Siria, y la de Qalamún son las únicas que han ido acompañadas de una campaña política, mediática y de seguridad. Un interés internacional ha amplificado la importancia de estas dos batallas. Por esta razón, la rapidez de la victoria del campo de la resistencia ha provocado un shock inesperado entre las partes que apoyan a los grupos armados.
Qalamún era uno de los centros principales de las milicias extremistas más peligrosas presentes en Siria, especialmente de los combatientes del Frente al Nusra, el Estado Islámico en Iraq y Siria, la Brigada Verde, las Brigadas Abdulá Azzam, el Batallón de los Libres del Levante y otros.
Coches bomba
Esta región fronteriza con el Líbano era utilizada por estos grupos takfiris para enviar coches bomba hacia el Líbano y atacar sobre todo las bases de la resistencia. Esta batalla fue impuesta, de este modo, al Ejército sirio y a Hezbolá tras la muerte de decenas de civiles inocentes en atentados terroristas en el Suburbio del Sur de Beirut y el Valle de la Bekaa.
Según las estadísticas efectuadas por el Ejército sirio y Hezbolá después de la batalla, 76 coches bomba estaban en las manos de los militantes. La mayor parte de ellos fueron robados en el Líbano y fueron conducidos a talleres donde les eran colocadas las bombas.
“Estos coches estaban destinados a destruir barrios enteros en Beirut y otras localidades libanesas”, indicó una fuente de seguridad al periódico libanés Al Akhbar, añadiendo que “esta batalla ha cambiado todas las ecuaciones y complicado los atentados suicidas en el Líbano”, señaló una fuente de seguridad libanesa.
La campaña de Qalamún costó la vida a 16 líderes de milicias activas en la región y a 300 comandantes de pequeños grupos de combate así como a cientos de miembros de todas las brigadas, la mayor parte de ellos de nacionalidades árabes de los países del Golfo.
Paralelamente, 30 pasos fronterizos de la cordillera del Anti Líbano han sido cerrados mientras que un territorio de 2.500 kms2 fue liberado, incluyendo las ciudades que formaban parte de un “emirato” creado por los grupos armados radicales. Se trata de Yabrud, Nabak, Deir Atiyeh, Rankus a las que hay que sumar las localidades de Yarayir, Sahl, Flita y Hosh Arab y las áreas de Rima, Yebbeh, Assal, Ras al Maarra y Maalula.
Israel y los países occidentales siguieron de cerca la batalla de Qalamún. El enemigo israelí ha estudiado todas las razones de esta victoria rápida del Ejército siro y de Hezbolá, que lograron asegurar las fronteras en un tiempo récord a pesar de que los grupos armados disponían de sistemas armas avanzados.
Los militantes utilizaron en concreto misiles de tipo Cornet en masa. Estos misiles han servido para destruir tanques israelíes de tipo Merkava.
Por otro lado, el papel de los medios fue clave durante la batalla. Hezbolá logro llevar a cabo una guerra psicológica contra el campo adverso en cada avance sobre el terreno.
Durante tres horas seguidas los medios de Hezbolá difundieron imágenes de bombardeos, informaciones y entrevistas con altos responsables sirios. Las imágenes de la conquista de la Colina Marún fueron retransmitidas en directo y dejaron un impacto negativo sobre los militantes, que comenzaron intercambiar acusaciones de traición en las redes sociales.