Lo que ocurrió el pasado jueves en Alepo, y concretamente al norte de la ciudad, fue un logro esperado por la población siria desde hace varios meses.
Lo que ocurrió el pasado jueves en Alepo, y concretamente al norte de la ciudad, fue un logro esperado por la población siria desde hace varios meses. En octubre de 2013 las fuerzas del Ejército iniciaron una ofensiva contra los barrios en poder de los terroristas en Alepo tomando la localidad de Janasser durante una operación en el sudeste de la ciudad que buscaba cercar a los terroristas en Alepo y cortar sus líneas de abastecimiento.
En las últimas semanas el foco de los combates se ha desplazado hacia norte con la ofensiva que llevó a la toma de la ronda de Bureiy y la ciudad industria de Sheij Nayyar y culminó el miércoles con la toma de la Colina de Ahilan y la liberación de la Prisión Central de Alepo.
El opositor Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres, se hizo el jueves del levantamiento del cerco a la prisión y señaló que esta operación había servido además para “cortar la vía de suministros para los combatientes rebeldes entre las áreas que ellos controlan y la frontera turca”.
Los próximos objetivos ahora serán probablemente las localidades de Handarat y Haritan, situadas más al noroeste, cuya toma permitirá estrechar aún más el cerco contra los barrios del este y norte de Alepo en poder de los terroristas y luego buscar un acuerdo de rendición, como sucedió en Homs, o eliminarlos en una ofensiva militar.
Los militares podrían lanzar también operaciones contra Tel Gazzah y la Escuela de Infantería, en poder de los militantes, con el mismo objetivo señalado de cortar las rutas de abastecimiento de estos últimos.
Suministros a la prisión
El jueves, mientras tanto, los soldados del Ejército sirio tomaron su desayuno en la Prisión Central de Alepo, en la que habían entrado un día antes tras duros combates contra las tropas takfiris. Tras la llegada de los tanques y vehículos blindados al complejo fueron oídos disparos de celebración dentro del mismo.
Al mismo tiempo, llegaron a la prisión los primeros suministros tras más de 13 meses de asedio. Los militares sirios han instalado puntos de control alrededor de la prisión y helicópteros militares sobrevuelan las áreas situadas alrededor del complejo, donde cientos de terroristas han perdido la vida en los combates con el Ejército en las últimas semanas.
Según diversos observadores, la incapacidad de los militantes sirios de tomar la prisión y el Edificio de la Inteligencia de la Fuerza Aérea, en otra parte de la ciudad, pese a los meses de continuos ataques ha puesto de manifiesto la debilidad e incapacidad de estos grupos.