Los soldados sirios depositaron el pasado martes dos votos: uno en el contexto electoral y otro con las armas frente a los enemigos que pretendían perturbar el proceso electoral.

Los soldados sirios depositaron el pasado martes dos votos: uno en el contexto electoral, en las elecciones presidenciales, y otro con las armas frente a los enemigos que pretendían perturbar el proceso electoral.

Las autoridades sirias mantuvieron en todo momento la seguridad durante las elecciones presidenciales en todas las zonas de Siria donde éstas se llevaron a cabo conforme al plan de seguridad. Tropas y vehículos blindados fueron desplegados en las calles que conducían a los centros electorales y en la entrada de ciudades y pueblos con el fin de garantizar la seguridad de los comicios y evitar los actos de terrorismo dirigidos a sabotearlos y a obtener publicidad en ese día histórico.

En la jornada previa a la jornada electoral, los militantes dispararon granadas de mortero contra las ciudades de Damasco, Alepo e Idleb desde las partes de esas provincias que controlan. En Damasco, cayeron unos 50 proyectiles de mortero, que mataron a cinco civiles e hirieron a otros 53.

Sin embargo, el ataque duró poco. Pronto, los aviones MIG-29 de la Fuerza Aérea siria entraron en acción y atacaron las áreas desde las que se habían lanzado los ataques de mortero con misiles y bombas matando a un número no determinado de terroristas.

Los militares interceptaron varios coches bomba que se dirigían hacia Damasco y frustraron hasta 11 intentos de introducir bombas en maletas y bolsas en centros de la capital. Esta información fue difundida después de las elecciones para no sembrar el temor entre la población.

En Latakia y Qardahah, en la costa, tres atacantes suicida fueron abatidos cuando intentaban introducirse en estas ciudades y varios otros fueron heridos o se dieron a la fuga.

En Alepo, los avances logrados en los últimos días por el Ejército, que tomó el control de una base aérea en el área de Azzan y las localidades de Abtan, Rams Sheij, Kafr Abid y Blas, al sur de Alepo, y el suburbio de Zorba, al oeste de la ciudad, bloquearon también cualquier intento de los grupos terroristas de sabotear los comicios.

El éxito del plan de seguridad fue, pues, total puesto que no se registró ningún incidente apreciable durante la jornada electoral. Los militares no interrumpieron su actividad ese día y continuaron combatiendo a los grupos armados en diferentes lugares del país.