Los choques entre partidarios y rivales del ex general libia Khalifa Haftar en la céntrica Plaza de los Mártires de esta capital dejaron varios heridos de bala confirmaron hoy fuentes médicas.
Los choques entre partidarios y rivales del ex general libia Khalifa Haftar en la céntrica Plaza de los Mártires de esta capital dejaron varios heridos de bala confirmaron hoy fuentes médicas.
Partidarios de milicias islamistas, a las cuales Haftar ha jurado desarraigar de Libia, chocaron con manifestantes que apoyaban la propuesta del ex general de disolver el Congreso General Nacional (CGN) y crear una comisión que convoque elecciones legislativas y presidenciales.
El CGN ejerce en paralelo y de facto los poderes Legislativo y Ejecutivo y las milicias islamistas y de otras sensibilidades ideológicas, a las que Haftar apoyó, sirvieron el pretexto para la agresión militar de la OTAN que derrocó en 2011 al Gobierno liderado por Muammar Gadafi.
Los choques callejeros aquí siguieron a ataques aéreos en la ciudad de Bengasi, este, contra bases de las milicias Ansar Al Sharia y Brigada del 17 de Febrero, secuencia de un ataque suicida fallido el miércoles pasado contra la residencia en la cual Haftar estaba reunido con sus partidarios.
La crisis libia se complicó aún más después que el primer ministro dimitente, Abdallah Al Thini, rehusó entregar el poder a Ahmed Maiitig, designado para sucederlo en una sesión de emergencia del CGN declarada ilegal por la Corte Constitucional.
Maiitig, un empresario de 42 años, objeto en los últimos días de dos atentados, cuenta con el apoyo del bloque de la Hermandad Musulmana, mayoritario en el CGN y el jueves celebró la primera reunión de su gabinete, la cual no ha tenido trascendencia.
La pugna por el poder entre el ex general, al que se han sumado bases aéreas, las Fuerzas Especiales y tribus del este del país, representa la posibilidad de una generalización de la violencia en este país, fragmentado en zonas de influencia por las milicias, que controlan el mercado negro de armas.
Vistas las encontradas posturas de las partes, la inacción de los últimos días semeja la calma que precede a la tormenta en la forma de una erupción de combates que sólo terminará con la neutralización de uno de los contendientes.
PL