El régimen saudí está discutiendo con sus aliados y sus agentes el fracaso de todos los medios utilizados para sabotear las elecciones presidenciales en Siria y las parlamentarias en Iraq.
Fuentes políticas familiarizadas con los temas saudíes han dicho a Al Manar que el régimen saudí está discutiendo con sus aliados y sus agentes el fracaso de todos los medios utilizados para sabotear las elecciones presidenciales en Siria y las parlamentarias en Iraq. Sin embargo, el régimen saudí se niega a reconocer la nueva realidad y los recientes acontecimientos en Iraq y Siria e insiste en dar con su cabeza contra un muro y continuar, de este modo, enviando terroristas y armas al interior de ambos países.
Las elecciones en Iraq han reforzado al primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, cuya reelección para el cargo es casi segura. Algunas figuras políticas iraquíes financiadas por Arabia Saudí han recibido una reprimenda de sus mentores saudíes durante un encuentro en Riad a principios de la pasada semana debido al fracaso del plan saudí en Iraq, que consistía principalmente en el lanzamiento de una ofensiva terrorista y política que llevara a la población a no votar por Maliki, al que se culparía por el fracaso en garantizar la seguridad.
Sin embargo, los golpes asestados por el Ejército iraquí a los terroristas y el discurso de firmeza del primer ministro acabaron por frustrar esos planes.
El régimen saudí continúa reclutando mercenarios para proseguir las acciones terroristas en Iraq y manteniendo vínculos con algunos partidos políticos opuestos a Maliki.
En lo que se refiere a las elecciones presidenciales sirias, los gobernantes saudíes han admitido su fracaso en lo que se refiere a sabotear las elecciones, pero insisten también en continuar apoyando a los terroristas en territorio sirio.
Sin embargo, en algunos corredores políticos saudíes se teme el posterior influjo de los terroristas hacia el reino saudí desde Siria e Iraq y esto explica las precauciones adoptadas por el régimen de Riad desde hace algunas semanas. Algunos informes de inteligencia han advertido a los gobernantes saudíes acerca de planes terroristas para dañar la estabilidad en el reino.