El presidente del Congreso General Nacional ha sido nombrado jefe del débil Ejército libio mientras que el ex general Jalifa Haftar ha aceptado una tregua hasta la celebración de los próximos comicios
El presidente del Congreso General Nacional (CGN), Nuri Abusahmain, ha sido nombrado jefe del débil Ejército libio mientras que el ex general Jalifa Haftar, acusado de golpismo por las autoridades, ha aceptado una tregua hasta la celebración de los próximos comicios.
El CGN libio, que ejerce de facto los poderes Legislativo y Ejecutivo, aceptó la renuncia del primer ministro designado Ahmed Maiitig, cuya elección fue apoyada por el bloque de los Hermanos Musulmanes, en un conjunto de decisiones que parecen ir en la dirección del logro de un compromiso.
La elección y posterior confirmación de Maiitig provocaron un agravamiento de las tensiones entre milicias islamistas, que apoyaban al primer ministro, y el autodenominado Ejército Nacional Libio (ENL), liderado por Haftar, al que han adherido algunas bases navales y aéreas en el este y el norte del país, además de las Tropas Especiales y clanes beduinos del este del país.
El portavoz del ENL libio, Mohammed al Hiyazi, dijo que su “ejército” había suspendido sus operaciones hasta la celebración de los comicios legislativos, anunciados para el próximo día 25.
Haftar, un desertor del Ejército libio durante el Gobierno liderado por Mumamar Gadafi, que derrocado por una agresión militar de la OTAN, prometió “purgar a Libia de la escoria islamista” y a principio de esta semana reivindicó el control del 80% de la ciudad de Bengasi, donde el ex general inició una ofensiva el pasado 16 de mayo.
Una declaración anterior de un portavoz de Haftar aseguró que los integrantes de grupos armados que dominaban Bengasi “han huido hacia las fronteras con Túnez y Argelia”, aunque ninguno de los dos países informó de actividad de penetración en sus respectivos territorios.
El enfrentamiento entre el ENL, que es una milicia en sí a pesar de su nombre, y las milicias islamistas pro-gubernamentales puso a este país al borde de la guerra civil. Recientemente, hubo choques armados entre los dos bandos en la capital, Trípoli, que resultaron en la muerte de decenas de personas.