Repentina y sorprendente. Éstas son algunas de las palabras que se han usado para describir la caída de Mosul, la segunda ciudad de Iraq, en manos del EIIS o Daesh (en lengua árabe).
Repentina y sorprendente. Éstas son algunas de las palabras que se han usado para describir la caída de Mosul, la segunda ciudad de Iraq, en manos del EIIS o Daesh (en lengua árabe).
Muchos se preguntan como fue posible que el EIIS se apoderara en un solo día de la provincia de Nínive y de partes de la de Salahuddin y Kirkuk.
Sin embargo, el avance rápido del EIIS en Iraq podría acabar convirtiéndose paradójicamente en un error fatal para los grupos takfiris por diversos motivos:
En primer lugar, la reacción del gobierno iraquí ha sido rápida, una vez asumido el desastre, que el propio primer ministro iraquí, Nuri al Maliki achacó a un “complot”. Él prometió castigar a los responsables del mismo y a los jefes militares y civiles que huyeron de Mosul dejando la ciudad en manos del EIIS. El Ejército iraquí tomó la iniciativa el jueves y rechazó dos ataques contra Samarra y Baiyi y recuperó Tikrit y la parte norte de la provincia de Kirkuk. Maliki prometió asimismo armar a un ejército de voluntarios para hacer frente al EIIS.
La reacción internacional fue asimismo rápida. Siria e Irán ofrecieron su colaboración a Iraq. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayuda para el gobierno iraquí. EEUU también calificó de “muy seria” la situación en Iraq y mostró su disposición a prestar a Iraq “toda la ayuda necesaria”, incluyendo, en primer lugar, el envío de armas.
La ofensiva del EIIS llevará probablemente a limar las diferencias entre las fuerzas políticas iraquíes, en especial los grupos shiíes, que podrían ahora unirse en torno a la figura de Maliki. Esta unión ha recibido ya el apoyo de la más alta instancia religiosa shií en Iraq, el Ayatolá Ali Sistani, que ha pedido explícitamente un apoyo al Ejército iraquí.
El resultado positivo en relación a esta escalada puede ser el de crear un consenso a nivel regional sobre el peligro que entraña el terrorismo takfiri. Si tal consenso se logra será imposible que Siria quede al margen del mismo. El mismo enemigo terrorista que invade ahora Iraq es el mismo que lucha contra el gobierno sirio. En este sentido, resulta estúpida y peligrosa la diferenciación que realizan algunos países occidentales de condenar el terrorismo en Iraq y apoyarlo en Siria, máxime teniendo en cuenta que el presidente Bashar al Assad y el Ejército sirio son los principales baluartes que impiden que la marea terrorista se expanda por toda la región.
En segundo lugar, la actuación del EIIS ha llevado a que una movilización kurda. Las provincias de Nínive, Salahuddin y Kirkuk son fronterizas con el territorio del gobierno autónomo del Kurdistán iraquí y esto ha llevado a los kurdos a desplegar sus fuerzas para defender su territorio.
Kerbala y Bagdad amenazados
Los terroristas el EIIS no ocultan que su lucha es sectaria. Sus objetivos son el provocar una guerra confesional en Oriente Medio atacando los sitios shiíes más sagrados -las ciudades de Kerbala, Nayaf y Samarra-, donde se encuentran los Mausoleos de los Imames shiíes, además de la capital, Bagdad. En esta ofensiva participan no sólo los militantes takfiris, sino los restos del aparato de seguridad de Saddam Hussein, incluido el vicepresidente de Iraq durante aquel tiempo, Izzat al Duri. También hay rumores de que oficiales de los Fedayin de Saddam han vuelto de sus exilios en Qatar y Yemen para tomar parte en la ofensiva.
La amenaza contra los lugares sagrados llevará también a una movilización de los shiíes en Iraq, que recuerdan la invasión de Kerbala por parte de los seguidores de Muhammad ibn Abdul Wahhab, el fundador de la corriente wahabí, en 1.802, que causó la muerte de sus habitantes y el saqueo de la ciudad. Esto también puede llevar al incremento del número de shiíes iraquíes dispuestos a participar en la defensa de Siria, donde varios centenares de ellos han luchado en los pasados meses.
El objetivo último de la ofensiva de los wahabíes y sus patrocinadores es la destrucción de la escuela shií y sus principales símbolos y lugares. Sin embargo, el EIIS puede haber dado un paso fatal y despertado la conciencia del pueblo iraquí y los pueblos de la región ante el peligro real del terrorismo takfiri, que supone una amenaza indistinta para todos ellos. No obstante, sin una acción internacional firme dirigida a penalizar a los patrocinadores del terrorismo internacional, y en primer lugar a Qatar y Arabia Saudí, no será posible devolver la estabilidad a la región y derrotar total y definitivamente a dicho fenómeno.