Ciertamente, a los revolucionarios egipcios no les falta originalidad
Ciertamente, a los revolucionarios egipcios no les falta originalidad. Para hacer frente al muro erigido alrededor del edificio que alberga la Embajada de Israel en Egipto, y que ha sido identificado con el muro de separación construido en la ocupada Cisjordania, ellos han propuesto una nueva idea: “Un pis colectivo en la pared de la Embajada de Israel.”
Como ya es habitual, la campaña fue lanzada por un revolucionario egipcio en Facebook. A las 24 horas, 3.000 usuarios de Internet habían expresado su voluntad de participar. Según los organizadores del evento, se trataría de orinar en el muro construido por las autoridades municipales egipcias hasta que los olores infesten a los funcionarios de la Embajada de Israel ubicada en el piso 17 del edificio.
Sin embargo, la propuesta no carece de inconvenientes, ya que el olor también podría alcanzar a los demás residentes del edificio. En su declaración, los organizadores piden apoyo para su iniciativa, de todos modos. Y las mujeres pueden participar, aunque tal vez deberían abstenerse de acudir el día de la campaña.
Otra de las propuestas sugeridas para hacer frente al muro es la de destruirlo. Esta propuesta del Movimiento de la Revolución Árabe sugiere a quienes estén dispuestos a participar que se reúnan el viernes junto a la pared con martillos y picas en la mano.
Además, otros dos casos han provocado la indignación de la calle egipcia.
En primer lugar todo lo relacionado con los abogados kuwaitíes llegados a Egipto para defender al depuesto dictador Hosni Mubarak con el pretexto de que él apoyó a Kuwait durante la invasión iraquí en 1990. “El Egipto de Mubarak abrió sus brazos a todos los kuwaitíes”, argumentaron los abogados, en declaraciones que ofendieron profundamente a los egipcios: “Fueron los soldados egipcios los que murieron y resultaron sacrificados en esta guerra, ¿por qué, pues, asignar estos favores egipcios a Mubarak?”, respondieron algunos en Facebook. Varios comentarios advirtieron que Kuwait no debía frustrar la voluntad de justicia del pueblo egipcio. Otros señalaron que el régimen kuwaití es de carácter tribal y teme una suerte similar a la de Mubarak.
En cualquier caso, los abogados de Kuwait no han obtenido el permiso de la Asociación Egipcia de Abogados para llevar a cabo su asistencia legal. Y, además, una nueva delegación de abogados kuwaitíes llegó a El Cairo con la misión de proporcionar servicios legales a las familias de los mártires de la revolución.
Con respecto al juicio de Mubarak, que ha entrado en su tercera sesión, los periódicos egipcios han examinado el tema de los testigos que han cambiado repentinamente sus declaraciones, negando ahora que Mubarak hubiera ordenado abrir fuego contra los manifestantes.
“Los testigos se han convertido en testigos de la defensa”, afirmó el periódico Ash Shuruk, señalando que las familias de los mártires habían recibido un severo golpe.
El tercer caso que causa indignación en Egipto tiene que ver con otro país del Golfo: Arabia Saudí. No sólo por su simpatía por Mubarak, al que ha tratado de salvar ofreciendo generosos proyectos de asistencia económica a cambio de su amnistía, sino también por el trato vejatorio infligido a los peregrinos egipcios que volvían de Meca durante el mes de Ramadán. Algunos de ellos han decidido presentar cargos contra las autoridades saudíes. Se han producido llamamientos a través de las redes sociales en los que se pide a las autoridades egipcias a que no dejen pasar este tema.
A la luz de estos tres temas, señalan los observadores de los acontecimientos en Egipto, parece existir una brecha entre la voluntad popular y la del poder político. La congregación para la oración de este viernes ha sido denominada: “El viernes de la recuperación de la revolución”.