Estrictas medidas de seguridad en las regiones tribales del noroeste y en las principales ciudades pakistaníes imprimen hoy un inusual sello a la celebración del sagrado mes musulmán del Ramadán.
Estrictas medidas de seguridad en las regiones tribales del noroeste y en las principales ciudades pakistaníes imprimen hoy un inusual sello a la celebración del sagrado mes musulmán del Ramadán.
La situación es particularmente crítica en Waziristán del Norte, donde bajo un riguroso toque de queda el ejército y la aviación libran una intensa ofensiva para liquidar los reductos de los talibanes en esa provincia limítrofe con Afganistán.
Casi medio millón de sus pobladores probablemente pase todo el mes y quién sabe cuánto más lejos de sus hogares, pues salieron a escape hacia otras zonas libres de la violencia imperante en aquel territorio.
La mayoría ha encontrado amparo junto a familiares a uno u otro lado de la frontera entre los dos países, en los campamentos habilitados por el gobierno, donde según versiones de prensa escasean los alimentos y el agua, o son lastimosas las condiciones sanitarias.
En Karachi (sur), Lahore (noreste) o Peshawar (noroeste) las celebraciones comenzaron cargadas de tensión debido al temor de los acostumbrados atentados suicidas con bombas o la detonación de artefactos explosivos improvisados en los lugares de culto o al paso de procesiones.
En Islamabad, el primer ministro Nawaz Sharif y el presidente Mamnoon Hussain llamaron a la ciudadanía a erradicar el extremismo, vivir en concordia y con apego a los principios morales, en buscar de la bendición y el perdón divinos.
Por si la invocación a esos sentimientos no fuera suficiente, al mismo tiempo los dirigentes ordenaron reforzar las medidas de seguridad en todas las principales ciudades pakistaníes, sobre todo en los lugares culto, los mercados y otros lugares de alta afluencia de público.
Durante el Ramadán, los musulmanes se abstienen de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales desde el amanecer a la puesta del sol.
Para los creyentes del Islam, este es un período de purificación, fortalecimiento de la fe, plegarias, meditación y unidad familiar, de práctica de la caridad y de peregrinación a las mezquitas y los lugares santos.
En fechas que varían hasta en un día según la aparición de la luna llena en unos y otros países, más de mil 200 millones de musulmanes en todo el planeta comenzaron a observar desde hoy o ayer los preceptos del Ramadán, uno de los cinco pilares en que se funda la religión islámica.
PL