Después de haber reprimido a los Hermanos Musulmanes, el nuevo gobierno egipcio ha adoptado un bajo perfil frente los ataques aéreos mortales llevados a cabo en Gaza por los israelíes.
Después de haber reprimido a los Hermanos Musulmanes, el nuevo gobierno egipcio ha adoptado un bajo perfil frente los ataques aéreos mortales llevados a cabo en Gaza por los israelíes.
En 2012, en plena operación israelí “Pilares de Defensa” (más de 170 muertos palestinos), el presidente derrocado por el Ejército, Mohammed Mursi, envió a su primer ministro a Gaza en señal de apoyo. Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes -a los que Hamas está vinculado- logró obtener una tregua.
Sin embargo, bajo la presidencia de su sucesor, el ex jefe del Ejército Abdel Fattah al Sisi, Hamaas, ha sido prohibido en Egipto y el propio Mursi está siendo juzgado por colusión con el movimiento islamista de la Franja de Gaza.
Egipto continúa colaborando también con el bloqueo israelí de Gaza al mantener cerrado su paso fronterizo de Rafah con la Franja.
Frente a la escalada de violencia que ha causado ya al menos 107 muertos en cuatro días, El Cairo no busca adoptar el papel de mediador en el conflicto.
“No hay voluntad visible de los egipcios de jugar un papel importante de mediadores por el momento”, señala Michael Hanna, experto sobre Egipto en el seno del grupo de análisis The Century Foundation, basado en Nueva York.
El gobierno egipcio se ha contentado con llamar a las dos partes a cesar la violencia.