Dice mucho el rechazo del presidente estadounidense, Barack Obama, a la adhesión de un Estado palestino a la ONU.
Dice mucho el rechazo del presidente estadounidense, Barack Obama, a la adhesión de un Estado palestino a la ONU.
Los israelíes están muy satisfechos y afirman que nunca hubo un presidente estadounidense tan “sionista” (Yediot); que su discurso merecía “una medalla de honor” (Netanyahu); que “éste es el mejor discurso que pronunció "(Liebermann); “como si hubiera sido enviado por fax desde la oficina de Netanyahu ... adoptó la narrativa de Israel al pie de la letra, la de un pueblo amenazado por sus vecinos, que soportó el sufrimiento durante miles de años y el Holocausto” (Yediot también); que “Obama dijo lo que los israelíes querían oír” (Jerusalem Post); que Obama es ahora “el embajador de Israel ante las Naciones Unidas” (Ron Dermer, asesor de Netanyahu); que “les dijo a los palestinos de que su mano está extendida a Israel y no a ellos.”
Y por si fuera poco, por parte del lobby sionista estadounidense se produjo la entronización del presidente estadounidense, hecha a través del periódico New York Magazine, que publicó una foto de Obama con una kipa y el titular “Obama, el primer presidente judío”.
Por el lado palestino se dijeron, entre otras cosas, que “éste es el peor discurso estadounidense sobre el conflicto árabe-israelí” (Zakaria Al Aga, un dirigente de Fatah); que “suscita asco e ira” (editorial de Al Ayyam); que “EEUU es la cabeza de serpiente” (lema de los manifestantes en Ramallah); que “42 vetos de EEUU en la ONU han permitido a Israel continuar imponiendo el apartheid en la región” (Ministerio de Información Palestino) etc,
En la prensa, el diario libanés As Safir calificó el discurso de la siguiente manera “el más hipócrita e insidioso ... el más conciliador con Israel en la historia del oportunista Obama ... Obama es un soldado del ejército israelí.”
En el periódico Al Hayat, el énfasis se pone muy suavemente en “la decepción árabe, que es poco decir frente a las parciales posturas estadounidenses en favor de Israel. EEUU debe ser consciente de que existe un vínculo entre la causa palestina y la dignidad árabe”.
Otro artículo de periódico pro saudí habla del “daño” que supone para las relaciones de EEUU con los árabes la amenaza de Obama de utilizar el veto y de la “humillación” que para los árabes que supone su apoyo a la posición israelí.
Pero a nivel oficial, hubo un silencio mortal. Ninguno de los presidentes, reyes, emires, ministros de Exteriores o embajadores presentes en el foro internacional o en otra parte dijeron una palabra sobre el discurso de Obama.
Sólo la Liga Árabe habló, y para lo que dijo habría hecho mejor en callarse.
La Liga se contentó con la mera repetición de sus posiciones obsoletas e impotentes. “La posición de los EEUU es injusta, alienta el extremismo israelí, apoya al verdugo en contra de la víctima, hace que Washington pierda su credibilidad y refuerza el extremismo en la región”, dijo su vicepresidente, Mohammad Sobhi. “Este discurso nos ha sorprendido”.
Así, después de 63 años de apoyo incondicional de EEUU a Israel, de identificación entre la política exterior estadounidense y la política interna israelí, de generosidad militar y financiera sin límites, de apoyo a las masacres israelíes, de colaboración científica, económica y de inteligencia entre estadounidenses e israelíes, etc ... los árabes se permiten estar sorprendidos y decepcionados. Los datos más recientes no eran más alentadores y nada permitía ver una postura diferente de parte del presidente estadounidense.
Tras su promesa de un Estado palestino y la puesta en marcha de las negociaciones, Obama no hizo nada para impedir que los israelíes continuaran construyendo sus asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este (Al Quds), es decir, las regiones que deberían ser, según la ONU, parte del Estado palestino. Esto demostró que su promesa no era más que palabras vacías.
La postura estadounidense real quedó expresada con franqueza en los últimos tiempos por medio de amenazas sobre la imposición de veto y las presiones a los palestinos para que regresaran a las negociaciones.
Más que nunca, el desprecio de Obama golpea a los aliados árabes de los norteamericanos por haber confiado simplemente en sus promesas. Por el contrario, los que nunca creyeron a la administración estadounidense han visto sus sospechas confirmadas.
“El confiar en los norteamericanos nos lleva al fracaso,” señaló un portavoz de Hamas. Durante 63 años, el campo de la resistencia no cesa de repetirlo ... las experiencias no cesan de confirmarlo ... y los regímenes árabes no cesan de sorprenderse”.
L.Mazboudi