Agrupaciones sociales y políticas argentinas replicaron tomaron parte el pasado sábado en Buenos Aires en la jornada internacional de repudio a la agresión israelí contra Gaza.
Agrupaciones sociales y políticas argentinas replicaron tomaron parte el pasado sábado en Buenos Aires en la jornada internacional de repudio a la agresión israelí contra Gaza, la cual fue convocada desde Palestina.
"Sumamos nuestra voz indignada junto a la de millones de hombres y mujeres libres y demócratas en todo el mundo que señalan al Estado de Israel como genocida y exigen el fin de la salvaje agresión contra el pueblo palestino", destaca un comunicado leído en la manifestación pública.
La céntrica intercepción de las avenidas Callao y Corrientes fue el escenario donde decenas de militantes con banderas palestinas y pancartas de diversos tamaños y eslóganes se reunieron para exigir el fin de la ofensiva contra Gaza por la maquinaria de guerra israelí.
Esta jornada internacional, bajo el nombre de "Día de la Ira por Palestina", fue convocada en Buenos Aires por la Federación Argentino-Palestina bajo el lema "Boicot, Desinversión y Sanciones contra el Estado de Israel".
Uno de los oradores alertó que en Gaza se han agotado los suministros médicos, casi no hay agua potable y escasean los alimentos, mientras la cifra de muertos asciende a más de 1.900, de ellos 400 niñas y niños, 210 mujeres y 75 ancianos.
A esa saldo letal se suman más de 9.970 heridos, de ellos 2.744 menores, 1.750 mujeres y 343 ancianos.
"Esta es la tercera masacre que sufre el pueblo de Gaza en seis años, y cuando no son el blanco de bombardeos, viven bajo constante asedio en un gigantesco campo de concentración donde viven hambreados y hacinados casi dos millones de personas", denunció.
Una oradora condenó que el Estado sionista de Israel ha convertido a Gaza en la mayor prisión al aire libre, el campo de concentración más grande e ignominioso de la historia moderna.
En varias de las pancartas se leían llamados a los gobiernos de la región a suspender las relaciones con las autoridades sionistas de Tel Aviv, a la imposición de un boicot militar y la aplicación de sanciones.
Igualmente, se criticó con dureza a la ONU por adoptar "tibias declaraciones de rechazo" y por calificar de guerra lo que en la práctica no es otra cosa que una masacre, según remarca uno de los comunicados circulado entre los participantes.
PL