En estos días, un barco ruso cargado con armas para Siria llegó al puerto sirio de Tartús, donde se halla la principal base naval rusa en el extranjero.
En estos días, un barco ruso cargado con armas para Siria llegó al puerto sirio de Tartús, donde se halla la principal base naval rusa en el extranjero. La coberta lanzamisiles Samum atravesó hace unos días el Estrecho del Bósforo y los Dardanelos y entró en aguas del Mar Mediterráneo. Este barco, que pasa por ser el más rápido del mundo, está equipado con misiles antibuque y antisubmarinos y con otros de crucero. También cuenta con un sistema antiaéreo avanzado.
Esta corbeta se unirá ahora a la flota rusa del Mediterráneo, que está liderada por el crucero lanzamisiles Moskva. Esto eleva el número de barcos rusos de esta flota a seis.
El envío de la corbeta Samum ha puesto de nuevo de manifiesto que Siria es para Rusia una línea roja que no puede ser transgredida por nadie. En este sentido, Rusia está situando tropas en ese área para disuadir a cualquier posible agresor de aprovechar la campaña contra el EI para llevar a cabo un ataque contra Siria.
Según el periódico Al Quds al Arabi, editado en Londres, Rusia e Irán han incrementado en los últimos meses su ayuda militar a Siria con el fin de luchar contra el EI y otros grupos terroristas.
En un reciente encuentro del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, el presidente Vladimir Putin, discutió una propuesta para formar una alianza para luchar contra el EI habida cuenta que Rusia, Siria e Irán fueron excluidas de la coalición anti-EI promovida por EEUU. Es fácil identificar los países que podrían pertenecer a esa alianza. Se trataría de Rusia, China, Irán, Siria, Iraq y Yemen y quizás Egipto, los países de Asia Central y algunos de América Latina.
Rusia ve en el EI también un peligro para su propio territorio habida cuenta de las amenazas de éste y otros grupos que combaten en Siria de extender sus acciones al Norte del Cáucaso ruso, que ha estado luchando contra el terrorismo procedente del extranjero en regiones como Chechenia, Ingushetia, Daguestán y otros lugares.
El envío de la corbeta significa, pues, que Rusia no piensa adoptar un papel pasivo y dejar la lucha contra el fenómeno del terrorismo en Siria en manos de los norteamericanos. Esto llevará ciertamente al fortalecimiento del Estado sirio en su combate contra el terrorismo y a una mayor coordinación entre Moscú y Damasco.