EEUU y sus aliados occidentales y regionales están todavía intentando negar el hecho de que la situación en Siria ha cambiado drásticamente, que su coalición no ha logrado derrotar al Estado Islámico
Mohammed Salami
EEUU y sus aliados occidentales y regionales están todavía intentando negar el hecho de que la situación en Siria ha cambiado drásticamente, que su coalición no ha logrado derrotar al Estado Islámico mediante ataques aéreos y que el Ejército regular continúa logrando victorias sobre el terreno.
En Septiembre de 2013, el mundo y la región estuvieron al borde de una desastrosa guerra contra Siria. La Administración del presidente de EEUU, Barack Obama, quedó aturdida por los logros del Ejército sirio en el campo de batalla, así que decidió apoyar directamente a estos grupos con el fin de agredir al eje de resistencia en su conjunto.
Las declaraciones de Rusia e Irán en aquel momento representaron una firme respuesta a las amenazas estadounidenses.
En una entrevista con el sitio web de Al Manar, el redactor jefe del periódico Al Binaa y antiguo diputado, Nasser Kandil, reveló que habían sido enviados mensajes claros desde Teherán y Moscú a Washington en el sentido de que el eje de la resistencia estaba dispuesto a defender Siria y que, en caso de ataque norteamericano, serían lanzados misiles contra la entidad sionista, las bases estadounidenses en Oriente Medio y los países que apoyan a los terroristas.
A pesar de las advertencias, EEUU disparó dos misiles balísticos contra Siria. “Las fuerzas estadounidenses lanzaron dos misiles desde una base de la OTAN en España y ellos fueron detectados inmediatamente por los radares rusos y destruidos por los sistemas de defensa antimisil de Rusia. Uno de ellos explotó en el aire y otro cayó al mar”, señala Kandil.
Kandil señala que que el escenario político terminó con el “Acuerdo Químico”, que permitió a la Administración estadounidense hallar una vía de escape honrosa del callejón sin salida en el que se había metido por sus posturas belicistas.
Él señala que la Administración estadounidense y sus aliados regionales establecieron los grupos takfiris en Siria e Iraq con el fin de destruir dos de los bastiones del eje de resistencia en la región.
El EI, el más prominente grupo terrorista que lucha contra el Ejército regular y los pueblos de Iraq y Siria, se ha convertido en la organización takfiri más importante y ha llevado a cabo atrocidades en diferentes ciudades y pueblos de ambos países.
Este terrorismo estuvo dirigido por EEUU y sus aliados con el fin de derrotar al eje de la resistencia. Sin embargo, los resultados en el campo de batalla mostraron que los terroristas no habían logrado ningún éxito en su agresión contra Siria.
Kandil aseguró que la situación cambio cuando los intereses básicos de EEUU se vieron directamente amenazados por el caos terrorista, que comenzó a extenderse por la región.
Dirigidos por los servicios de inteligencia árabes y occidentales, los grupos terroristas no han llevado a cabo ataques contra la entidad sionista. Sin embargo, dado que estos grupos carecen de un mando unificado, ellos adoptan decisiones sin coordinación y esto pone en peligro también a Israel.
De este modo, la seguridad de Israel se verá afectada a largo plazo en el caso que se extienda el caos por los países vecinos como consecuencia del terrorismo takfiri.
Por otro lado, los intereses políticos y económicos occidentales en el Kurdistán iraquí, una región rica en petróleo, representan una fuente principal de preocupación para la coalición estadounidense.
Además y dado que el EI ha amenazado con atacar a los países del Golfo, EEUU y los estados occidentales, éstos se han visto obligados a incrementar el nivel de alerta frente a las serias amenazas terroristas.
De este modo, la coalición liderada por EEUU decidió atacar al EI, que no logró derrotar a las tropas sirias ni a Hezbolá y que comenzó a poner en peligro sus propios intereses.
Políticamente, Siria ha obligado a EEUU a respetar su soberanía. En este sentido, Washington comunicó con anticipación a Damasco que efectuaría ataques aéreos contra el EI dentro del territorio sirio.
Rusia e Irán han manifestado que los ataques aéreos serán inútiles si no son acompañados por una coordinación con el Ejército sirio y consideran que la lucha contra el terrorismo debe ser general e incluir la interrupción de la entrega de fondos y armas y el entrenamiento a los terroristas, ya pertenezcan éstos al EI o los demás grupos que luchan contra los gobiernos de Siria e Iraq.
Los dos países continúan prestando asimismo su apoyo estratégico al estado sirio contra todos aquellos que amenazan su soberanía e integridad.
A pesar del reconocimiento de Obama de la incapacidad de los rebeldes sirios de vencer al Ejército regular y de sus derrotas continuadas, la coalición occidental, y a la cabeza EEUU, todavía insiste en apoyar a los que denomina “rebeldes moderados” en Siria con el fin de permitirles controlar las áreas de donde el EI sea expulsado por los ataques aéreos.
Sin embargo, lo cierto es que esos rebeldes, en realidad nada moderados, no pueden hacer frente a las tropas regulares sirias ni tampoco a grupos como el EI. Será el Ejército sirio el que lleve a cabo la tarea de derrotar a los grupos terroristas, con o sin los ataques aéreos de la coalición occidental.
Kandil cree que toda la región se dirigirá hacia una mayor estabilidad política después de que se produzca la derrota del EI. Sin embargo, si el realismo occidental se diluye y EEUU insiste en continuar desafiando al estado en Siria, entonces todo el eje de resistencia se agrupará con todo su poder con el fin de rechazar cualquier agresión contra sus miembros y, en primer lugar, contra Siria.
Traducido por Yusuf Fernandez