En lugar de diezmar al grupo Estado Islámico, los ataques estadounidenses en Siria e Iraq parecen estar aumentando los apoyos a esta organización extremista.
En lugar de diezmar al grupo Estado Islámico, los ataques estadounidenses en Siria e Iraq parecen estar aumentando los apoyos a esta organización extremista, que ahora se presenta a sí misma como símbolo de la resistencia contra EEUU, señalan los expertos.
Poco conocido antes de su ofensiva en el norte de Iraq a principios de junio, que le llevó a tomar la ciudad de Mosul, el grupo Estado Islámico se ha convertido en un imán que atrae a extremistas del mundo entero y el hecho de ser ahora atacado por EEUU ha incrementado su apoyo entre otros grupos de idología similar.
“El EI, que controla grandes partes de territorio en Siria e Iraq, en las cuales ha decretado un “califato” se ha convertido en “el símbolo de la resistencia contra las potencias occidentales y contra EEUU”, señalan los expertos. Esto ha llevado a que otros grupos se solidaricen con él.
El sábado, los talibanes pakistaníes, vinculados a Al Qaida, anunciaron su intención de “enviar a muyahidines para luchar contra EEUU junto a los combatientes del EI”.
“Nosotros los apoyamos totalmente”, dijo el portavoz del Movimiento de los Talibanes en Pakistán. Según Salman Shaikh, experto del Brookings Center de Doha, “el TTP es ahora menos popular en Pakistán que el EI debido a los ataques estadounidenses”. Él ve entre ambos grupos “una simetría ideológica, ya que ambos han sido atacados por EEUU”.
El Departamento de Estado, aunque apoya la opción de los bombardeos aéreos, reconoce que el EI “ha logrado crecer, reforzarse, reclutar a nuevos miembros y financiarse”.
Nick Witney, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, considera que “la principal amenaza es ideológica: el grupo es extremadamente atractivo para psicópatas, radicales, oportunistas y para los que están llenos de resentimiento contra Occidente”.