Cuando la mentira es demasiado grande, es difícil de hacerla creíble. Éste es el caso de la versión americana de un fantástico complot iraní contra el embajador saudí en EEUU.
Cuando la mentira es demasiado grande, es difícil de hacerla creíble. Éste es el caso de la versión americana de un fantástico complot iraní contra el embajador saudí en EEUU.
No hay evidencias convincentes
Muchos medios de EEUU han mostrado su escepticismo.
“Debemos ser cuidadosos antes de pronunciar esas acusaciones… al final, no hay pruebas convincentes para condenar a Teherán. Ésta no es la primera vez que Teherán es acusado de cosas que no ha cometido. Ésta no es la primera vez que Washington hace acusaciones sin fundamento (por ejemplo, en el tema de las armas de destrucción masiva de Iraq) ", dijo Newsweek.
En cuanto al columnista de la revista Atlantic, Steve Clemons, él afirma que no ve el interés de Irán en el presunto complot. ¿Qué beneficios tendría para Teherán el asesinato del embajador saudí en los EEUU? ¿Por qué iba Teherán a buscar a un hombre ordinario para realizar un hecho así en lugar de a una persona experimentada? ¿Por qué en este momento particular mientras que Irán no ha explotado la década que siguió a los acontecimientos del 11 de septiembre y la invasión de Iraq?
Y concluyó: “Estos dos hombres podrían haber planeado este ataque, pero sin el conocimiento de Teherán y sin relación con la Brigada Al Quds”.
Doble rasero de EEUU
En cuanto a Los Angeles Times, este diario ha ido más allá en su posición de acusar a los EEUU de “doble rasero”. Hace dos semanas, aviones de EEUU mataron al líder de Al Qaida, Anwar Awaliki, en territorio yemení. ¿Qué permite a EEUU matar a sus enemigos en el territorio de los demás, mientras que otro estado no puede hacer lo mismo?”.
Recordando que Washington liquidó a Bin Laden sin informar a las autoridades paquistaníes, Los Angeles Times concluyó que EEUU no puede seguir actuando impunemente en Afganistán, Iraq y otros lugares, sin informar al mundo y prohibir a otros Estados hacer lo mismo.
No puede ser el trabajo de Teherán
Para Rasool Nafisi, un experto en los Guardias de la Revolución iraníes con sede en EEUU, la presunta implicación de un cartel de drogas mexicano y los defectos hallados en el planeamiento de la trama parecen excluir una luz verde de alto nivel.
“No creo que sea el trabajo del régimen iraní, dada la elección del objetivo, el calendario y los actores escogidos”, dijo a AFP.
“Si nos fijamos en los asesinatos cometidos en el pasado, debería de haber habido un grupo encargado de la planificación”, dijo el experto, refiriéndose a la eliminación en 1992 del opositor Sadegh Cherefkendi en Berlín. “En este caso, se cree que se trata de un único actor”.
No es el modelo habitual
Un análisis similar es realizado por Suzanne Maloney, especialista en Oriente Medio del Instituto Brookings, señala que el argumento “no encaja en el patrón habitual de la participación iraní en actividades terroristas”.
“Parece bastante probable que la trama sea el resultado de electrones libres, pero no sé hasta qué punto el Ejército iraní tolera este tipo de disenso”, dijo.
“Que “el mayor apoyo mundial del terrorismo” se sirva como un vendedor de coches usados de Texas y de narcoterroristas para un atentado tan enorme y sin precedentes parece desafiar a la imaginación”, dijo Maloney. “No se parece al dispositivo “terrorista” profesional de Irán”.
Alianza improbable con carteles de la droga
Por otra parte, y desde otro ángulo, los expertos en los carteles de la droga mexicanos han rechazado la hipótesis del apoyo de los narcotraficantes mexicanos a los actos terroristas en EEUU.
Algunas organizaciones criminales mexicanas tienen ciertamente la capacidad operativa para llevar a cabo un ataque, pero tienen poco interés en provocar la ira de Washington, con la consecuencia de poner en peligro el “negocio del narcotráfico”, es decir, la venta de drogas en EEUU, según estos analistas.
Hay que recordar que, según el relato estadounidense, el presunto primer sospechoso detenido, el iraní-americano Manssor Arbabsiar, quiso contratar en México a un agente de EEUU que se hacía pasar por un miembro de un cártel del narcotráfico mexicano para cometer el ataque. Arbabsiar fue arrestado el 29 de septiembre en Nueva York, después de haber sido expulsado el día anterior a EEUU por las autoridades de inmigración de México, basándose en la información proporcionada por la administración estadounidense.
El escenario de una telenovela
Mientras tanto, el New York Times, citando una fuente anónima cercana a la investigación, dijo que los autores de la trama también tenían previsto pagar un cártel de drogas mexicano para volar la embajada israelí en Washington y las de Israel y Arabia Saudita en Buenos Aires.
“Se parece más el guión de una telenovela o una película”, dijo a la AFP José Reveles, autor de libros sobre el narcotráfico.
“Si fuera posible establecer un vínculo entre los mexicanos y grupos extremistas, eso sería de forma individual, pero no creo que sería en el nombre de un cártel, ya que su prioridad no es atacar a los Estados Unidos.”
“Lo que quieren los carteles es llevar a cabo sus negocios en secreto, y no hacer otros trabajos”, señaló, por su parte, Raúl Benítez, del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) .
¿Los Zeta como objetivo?
En febrero, la secretaria de Seguridad Nacional de EEUU, Janet Napolitano, dijo que las autoridades de EEUU no excluían la posibilidad de una alianza entre Al Qaida y Los Zetas, una organización criminal creada por ex miembros de cuerpos de élite del Ejército mexicano, con filiales en veinte estados mexicanos y varios países de América Latina.
En julio, el presidente estadounidense, Barack Obama, declaró que los Zetas planteaban una amenaza a la seguridad internacional.
Los cárteles no son suicidas
Pero los expertos mexicanos dicen que el hecho de que los Zetas extiendan sus negocios a varios países es una cosa, pero que se involucren en una acción terrorista que les pondría colocar en una posición de confrontación directa con Estados Unidos es otra.
“Ésta no es la lógica de los Zetas. Ningún cártel desea este tipo de visibilidad”, dijo Benítez.
“No es lógico que los Zetas deseen llevar a cabo ataques terroristas que atraigan más la atención de Washington hacia ellos”, dijo Reveles. Varios líderes de los Zeta, antes de desertar del Ejército mexicano, recibieron entrenamiento militar e ideológico por parte de instructores estadounidenses.
Reveles cree también que “los cárteles están activos en el territorio que ellos conocen y del que pueden escapar. Ellos no son suicidas.”