El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha sido de nuevo objeto de virulentas críticas por parte de responsables israelíes.

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ha sido de nuevo objeto de virulentas críticas por parte de responsables israelíes por haber trazado un vínculo entre la persistencia del conflicto palestino-israelí y la expansión de los grupos takfiris en la región.

“Con todo el respeto que tengo por Kerry y sus esfuerzos, él continúa batiendo nuevos récords en lo que se refiere a la (falta de) comprensión de nuestra región y al sentido de nuestras diferencias. Creo realmente que esta vez ha batido un nuevo récord”, dijo el ministro de Comunicación israelí, Gilad Erdan, a la radio pública.

Erdan reaccionó así a las declaraciones de Kerry, que el jueves reclamó la reanudación de las discusiones de paz palestino-israelíes.

“La gente debe comprender el vínculo (entre el terrorismo y la falta de un acuerdo de paz palestino-israelí). Éste tiene que ver con la humillación, la negación (de derechos) y la ausencia de dignidad”, señaló.

El jefe de la diplomacia estadounidense estimó que el conflicto palestino-israelí alimenta la cólera en la calle árabe y que todos los dirigentes de la región con los cuales los norteamericanos han hablado acerca de la formación de la coalición contra el grupo EI habían expresado la necesidad de una paz entre palestinos e israelíes.

Por su parte, el ministro de Economía israelí, Nephtali Benett, líder del partido extremista Hogar Judío, fustigó a Kerry con los términos más duros y trató de ridiculizarlo: “Incluso cuando un musulmán británico decapita a un cristiano británico es a los judíos a los que se envían los reproches”, afirmó el dirigente sionista.

Del lado estadounidense, la portavoz del Departamento de Estado, Marie Harf, reaccionó a estos ataques israelíes que suponen una escalada en la crisis que sacude las relaciones israelo-estadounidenses.

Según Harf, que fue citada por el Jerusalem Post, “las declaraciones de Kerry han sido malinterpretadas. Ellas han sido explotadas políticamente. Kerry no ha establecido ningún vínculo entre Israel y el EI. Todo lo que ha hecho es citar las declaraciones de ciertos dirigentes de la coalición, según las cuales un compromiso palestino-israelí podría simplemente mejorar la situación en Oriente Medio tras décadas de conflicto”.

Los observadores políticos ven en esta nueva disputa entre el gobierno de Obama y el de Netanyahu la señal de una nueva tensión relativa al conflicto palestino-israelí. Kerry quiere presionar a Israel para que acepte su nuevo plan de paz. Las críticas de Kerry conllevan también un reproche a la política israelí hacia el Líbano, que consiste en favorecer al EI, el Frente al Nusra y otros grupos takfiris que combaten contra Hezbolá.