A pesar del abrumador apoyo de los israelíes al intercambio de prisioneros palestinos con Shalit, existe casi un sentimiento casi unánime de amargo fracaso en los medios y en la élite política israelí.
A pesar del abrumador apoyo de los israelíes al intercambio de prisioneros palestinos con el franco-soldado israelí Gilad Shalit (79% de los israelíes), existe casi un sentimiento casi unánime de amargo fracaso en los medios y en la élite política israelí.
Así, el ex ministro Tzahi Henghe escribió en el diario israelí Yediot Ahronot que “el tema de Shalit ha puesto de manifiesto la limitada capacidad de nuestros servicios de información, a pesar de todos los medios y recursos que se invirtieron para encontrar a nuestro soldado en la Franja de Gaza y luego justificar el recurso a la opción militar”.
Y agregó: “Estoy muy preocupado por los resultados que se derivan de este acuerdo, que es pobre en comparación con los considerables esfuerzos que se desplegaron en este tema”.
Por su parte, el periodista Nahum Barnea escribió que “en este caso no podemos hablar de la gloria, porque Gilad Shalit no volvió a casa gracias a una operación militar llevada a cabo por una unidad especial de paracaidistas o por medio de una operación secreta del Mossad o bajo una amenaza nuestra que llegara al punto de cambiar el comportamiento de los secuestradores. Shalit está de vuelta porque nuestros líderes no tenían ninguna esperanza de liberarle de otra manera. Fue una cuestión de desesperación. No había otra opción que el acuerdo”.
El escritor israelí Yoram Kanyuka maldijo a la entidad sionista por haber renunciado en el acuerdo de intercambio a ciertas condiciones que anteriormente no eran negociables, tales como la liberación de los detenidos de la Línea Verde (Nota del editor: los palestinos en 1948)”.
Pero Kanyuka parece olvidar que la entidad sionista había liberado anteriormente a prisioneros del interior de la Línea Verde en el caso Yibril.
Sin embargo, el escritor señala que “Israel trató durante muchos años de construir un muro entre los palestinos que viven dentro de la Línea Verde y a los que se define como ciudadanos israelíes de los otros palestinos. Intentó borrar de su memoria colectiva cualquier rastro de la cultura y la historia palestina. Ha obligado a sus hijos a aprender canciones religiosas judías. Y ahora Israel renuncia a todas sus condiciones y al muro”.
Shalom Yerushalmi, escribe en el diario Maariv que Netanyahu no ha realizado una nueva operación Entebbe, sino que de hecho, él firmó su rendición a una “organización terrorista”. Peor aún, es el responsable del fracaso continuado en el logro de un acuerdo, y si los ministros votaron el martes pasado en favor de este último fue porque sabían que había pocas opciones. Ellos mismos denunciaron la confusión de los jefes de los servicios de inteligencia que no tenían nada que ofrecer debido a su fracaso a la hora de alcanzar una solución distinta del acuerdo con Hamas”.
El analista político del diario Haaretz, Akiva Eldar, ha criticado a algunos parlamentarios de la derecha israelí que presentaron un proyecto de ley denominado “ley Shalit”, que consiste en determinar una cuota de prisioneros en cualquier transacción futura. Según la propuesta, cada israelí hecho prisionero sería cambiado por un solo detenido palestino. Esto significa que Israel no liberaría a más de un prisionero palestino por cada israelí prisionero.
Eldar ironiza que “si esta ley estuviera hoy en vigor, Gilad Shalit habría vuelto a casa en un ataúd” y añadió que dicha ley era “una sentencia de muerte para cualquier Shalit futuro”.
Pesimista sobre el futuro, Eldar dijo que “Hamas no perderá una ocasión para capturar a más militares israelíes, del mismo modo que Israel no pierde la oportunidad de matar a un comandante palestino”, y agregó que “los miles de sus compañeros detenidos en prisión en los últimos cinco años no han reducido el costo del acuerdo sobre Shalit. Este último se llevó a cabo debido a los cambios habidos a nivel regional y no a causa de su reducido costo”.
Y se preguntó: “¿Qué vamos a hacer si el jefe de un helicóptero militar israelí se ve obligado a aterrizar en el centro de la Franja de Gaza? ¿Es que podemos proponer a Hamas la liberación de dos presos palestinos con las manos manchadas de sangre a cambio de salvar la vida del comandante del helicóptero y, por ejemplo, el comandante en jefe de la región?”.