“Apostado por los bancos griegos y contra Francia”. Éste fue el consejo dado la pasada semana por uno de los principales expertos financieros de Wall Street, David Einhorn.

“Apostado por los bancos griegos y contra Francia”. Éste fue el consejo dado la pasada semana por uno de los principales expertos financieros de Wall Street, David Einhorn, durante una conferencia de inversores en Nueva York.

Einhorn, que trabaja para la firma Greenlight Capital, fue uno de los pocos que anticiparon la quiebra de Lehman Brothers en 2007. Él pinta ahora un cuadro desolador de la situación económica en Francia: “Los mercados obligacionistas consideran a Francia como Alemania, mientras que ese país se parece, en realidad, más a Grecia”, dijo en la presentación.

Él ve también a Atenas en una mejor situación que París: “Grecia ha bebido la poción amarga, ha restructurado su deuda y su economía. Ha dejado de vivir por encima de sus medios”.

“Francia, por el contrario, parece demasiado orgullosa para reformarse”, indicó en referencia a la tasa impositiva del 75%, las 35 horas de trabajo y las tensiones con la Comisión Europea con respecto al último presupuesto “anti-austeridad”. Las cifras que él baraja demuestran que la carga de la deuda de Grecia es inferior a la de Francia (en porcentaje de su crecimiento).

Sin embargo, la deuda a 10 años se negocia al 1,3% en Francia y al 9% en Grecia. “Si los mercados revisan el riesgo soberano francés hasta su justo valor, el servicio de la deuda francesa se va a convertir en insoportable. Eso es por lo que recomendamos vender (al descubierto) la deuda francesa”, concluyó.

Por el contrario, él recomendó comprar obligaciones de los bancos griegos (Alpha, Piraeus, NBG, Eurobank, etc.). “Los inversores se inquietan por Grecia, pero ellos deberían de inquietarse más por Francia. El rendimiento de las obligaciones francesas, tal como lo conocemos hoy en día, no debería existir”.