Algunos miembros de la Administración estadounidense se replantean la política de entrenar y armar a los grupos rebeldes sirios.

Fuentes diplomáticas occidentales, citadas por el diario palestino Al Manar, señalan que la cooperación con el Estado sirio con el fin de derrotar al terrorismo se ha convertido en una urgente necesidad que no puede ser pospuesta y explican que “el apoyar a los así llamados rebeldes moderados es una apuesta perdida”.

Estas fuentes resaltan que estos rebeldes operan en estrecha alianza con el Frente al Nusra, pese a los recientes choques habidos entre el Frente y algunos de estos rebeldes en Idleb y Alepo, y comparten y venden sus armas de procedencia norteamericana al Frente, e incluso al EI.

Otras fuentes cercanas a la coalición opositora siria señalan que algunos miembros de la Administración Obama han señalado que es necesario reconsiderar el programa ya aprobado y dirigido a entrenar y apoyar con armas y dinero a los rebeldes sirios “moderados” en vista de sus últimas derrotas a manos del Frente al Nusra en Idleb y Alepo, donde dichos grupos se rindieron prácticamente sin resistir.

Estas fuentes afirman que la Administración estadounidense habría comunicado a dicha coalición, a través de intermediarios, que iba a revisar su política de apoyo a los grupos rebeldes opositores.

Estas fuentes indican además que las diferencias entre Arabia Saudí y Qatar con respecto a los Hermanos Musulmanes y a los grupos rebeldes en Siria está obstaculizando también la entrega de ayuda financiera a los grupos opositores.

Otro factor que puede influir en la decisión estadounidense es el temor a que Turquía busque expandir su influencia en Oriente Medio a través del apoyo a grupos rebeldes y terroristas en Siria. Las relaciones entre Washington y Ankara atraviesan en la actualidad un mal momento debido a la actitud turca de impedir el paso de ayuda hacia los kurdos que luchan en la ciudad de Ain al Arab (Kobani) y su negativa a permitir que los aviones estadounidenses operen desde sus bases para atacar las posiciones del EI en la zona.

Turquía, un país miembro de la OTAN, se ha opuesto desde el principio a la campaña contra el EI y ha ayudado a este último y al Frente al Nusra a expandirse en Siria e Iraq. Algunas fuentes señalan que Turquía está ofreciendo ayuda al Frente al Nusra ahora para abortar los planes de EEUU en Siria y obligar a este país a seguir una vía de abierta confrontación con Siria y servir así los intereses del presidente Recep Tayyip Erdogan.

Un diplomático occidental en Damasco ha comunicado a las autoridades sirias que algunos países europeos y altos oficiales del Ejército estadounidenses intentan disuadir a Washington de llevar adelante su plan de entrenar a los rebeldes “moderados”. Estos oficiales han dicho al presidente Barack Obama que resulta imposible encontrar elementos de confianza dentro de la oposición armada siria a los que entrenar. Ellos señalan que los miembros de los grupos armados no obedecen a sus líderes y que muchos de ellos desertan hacia el Frente al Nusra y el EI apenas tienen la oportunidad. De este modo, cualquier fracaso en esta estrategia que llevara a EEUU de forma involuntaria a reforzar a los grupos terroristas recaería en los hombros de Obama y sus consejeros.

Algunas fuentes señalan que Obama habría transmitido a sus aliados occidentales y árabes que ellos necesitan abandonar la idea de hacer caer al gobierno de Bashar al Assad y que deben trabajar para luchar contra el EI, y probablemente también contra el Frente al Nusra, con el que EEUU mantiene un creciente enfrentamiento desde los recientes ataques contra el grupo Jorassan, vinculado al Frente, que planea llevar a cabo ataques terroristas en países occidentales. Estos expertos norteamericanos consideran que un hundimiento del Estado sirio, que el presidente Bashar al Assad representa, llevaría a estos grupos terroristas a tomar el poder en Damasco, con consecuencias terribles no sólo para Oriente Medio, sino también para Europa, EEUU y el mundo.

Según las mismas fuentes, EEUU podría llevar a cabo una cooperación con las Fuerzas de Defensa Nacional de Siria, las milicias civiles que cooperan con el Ejército sirio, con el fin de evitar entrar en una colaboración abierta y directa con el Ejército sirio, que representa al Estado, en la guerra contra el EI.

El problema residiría básicamente en que EEUU ha puesto a las Fuerzas de Defensa Nacional en su propia lista de organizaciones terroristas y esto complica el proceso de tratar con ellas como una fuerza sobre el terreno a la que apoyar con ataques aéreos. Algunas propuestas se están planteando para solventar este problema, especialmente dado el convencimiento de EEUU de que los “rebeldes moderados” no son ni serán una opción realista a la hora de plantear una lucha contra el EI.