Fuentes diplomáticas y de seguridad israelíes han mantenido una febriles consultas en los últimos días después del deterioro de la seguridad en Jerusalén.
Fuentes diplomáticas y de seguridad israelíes han mantenido una febriles consultas en los últimos días después del deterioro de la seguridad en Jerusalén y las tensiones en la Explanada de las Mezquitas.
Responsables de la policía, el Ejército y las fuerzas de seguridad interior, Shin Bet, temen que la violencia en Jerusalén Este (Al Quds) se extienda hacia Cisjordania y la comunidad árabe-israelí. Ellos temen también que varios grupos de resistencia, en especial Hamas, inicien una ola de acciones contra Israel tras las agresiones de militares y colonos israelíes contra la Mezquita de Al Aqsa.
Durante el fin de semana varios disturbios estallaron en algunos barrios de Jerusalén. Los policías hablan de decenas de heridos durante estos incidentes. El episodio de violencia más serio ocurrió en el campo de refugiados de Shoafat, donde cientos de jóvenes se enfrentaron a los policías israelíes durante varias horas, arrojando piedras contra los policías. Los manifestantes celebraron un funeral simbólico por Ibrahim al Akkari, un residente en el campo que llevó a cabo un ataque el miércoles en Jerusalén. Los choques se reanudaron el viernes por la tarde cuando un palestino fue detenido en la vecindad de Yabel Mukaber.
Disturbios en la entidad sionista
El domingo policías israelíes dispararon y dieron muerte en la localidad de mayoría árabe de Kfar Kana a un joven árabe-israelí, que, según ellos, agitaba un cuchillo delante de ellos. Sin embargo, las cámaras de seguridad mostraron que el joven fue abatido por la espalda cuando se alejaba de los policías. Este incidente ha causado irritación entre los habitantes árabes de la ciudad, que han acusado a la policía de matar al joven a sangre fría.
El lunes, un policía israelí fue apuñalado por un palestino y herido de gravedad en Tel Aviv, según un portavoz de la policía de ocupación. El portavoz añadió que el palestino era originario de la localidad de Nablus, al norte de Cisjordania, y que había entrado “ilegalmente” en el territorio de la entidad sionista.
Él atacante fue arrestado posteriormente en un edificio donde se refugió. Este ataque tuvo lugar sobre el trasfondo de las continuas agresiones de militares y colonos israelíes contra la comunidad palestina en los territorios ocupados y los lugares santos, en especial la Mezquita de Al Aqsa.
Choques en Cisjordania
Durante el fin de semana se produjeron también disturbios en la localidad de Abud, que amaneció bloqueada del resto del mundo por bloques de cemento y lomas de tierra apiladas durante la madrugada por los ocupantes tras un viernes violento. El mando israelí despachó unidades de infantería apoyadas por transportes blindados de tropas a una operación de castigo después que un vehículo militar fuera alcanzado por una bomba incendiaria de fabricación casera la noche del jueves.
La aldea es un hervidero de tensiones por la proximidad de uno de los asentamientos sionistas creados por Israel a toda velocidad en la Cisjordania para expandir su ocupación y hacer inviable la creación de un Estado palestino independiente.
Advertencias desoídas
Según el diario Haaretz, Netanyahu desoyó muchas advertencias en los pasados meses sobre el deterioro de la seguridad en Jerusalén tras las provocaciones de extremistas sionistas contra Al Aqsa y el crecimiento del número de colonos judíos. Algunos responsables de seguridad temen también un deterioro de las relaciones con Jordania, que llamó a su embajador en Tel Aviv la pasada semana para llevar a cabo consultas y expresó su preocupación sobre los efectos negativos de la tensión en la Explanada de las Mezquitas.
Altos responsables de seguridad afirmaron esta pasada semana que los hechos en la Explanada reflejan el más serio peligro para Israel tras años de deterioro de la situación en Cisjordania y entre los árabes israelíes.