El lobby sionista estadounidense, a través de su principal organización, el AIPAC ha aprovechado la extensión de siete meses de las negociaciones nucleares de Irán para intentar sabotearlas.
El lobby sionista estadounidense, a través de su principal organización, el AIPAC (Comité de Asuntos Públicos Americano-Israelí) ha aprovechado la extensión de siete meses de las negociaciones nucleares de Irán para intentar sabotearlas mediante la adopción de nuevas sanciones contra ese país en el Congreso de EEUU.
El AIPAC ha señalado que era “esencial” que el Congreso de EEUU apruebe nuevas sanciones contra Irán ahora que el plazo de las negociaciones nucleares se ha extendido.
“Es esencial que el Congreso adopte una nueva legislación de sanciones para hacer saber a Teherán que hará frente a una presión más severa si no abandona claramente su programa de armas nucleares”, dijo el AIPAC. Esta afirmación supone una mentira flagrante teniendo en cuenta que todas las inspecciones llevadas a cabo en Irán por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) nunca han hallado ninguna evidencia ni rastro de diversión del programa de energía de Irán hacia fines militares.
Cabe señalar que la aprobación de sanciones por parte de EEUU violaría los términos del acuerdo interino que gobierna las conversaciones nucleares y que Irán ha cumplido, como la AIEA y la propia Administración norteamericana han reconocido. Un incumplimiento del mismo por parte de EEUU llevaría a Irán probablemente a considerarse también libre de las obligaciones contenidas en él. Todo ello forma parte, pues, de un inequívoco esfuerzo del lobby sionista, dirigido por el gobierno israelí, para sabotear las negociaciones.
Poco después de que el acuerdo interino fuera aprobado el 24 de noviembre de 2013 el lobby sionista hizo un intento a través del senador demócrata Robert Menéndez (Demócrata por Nueva Jersey) y el senador Mark Kirk (Republicano por Illinois), dos halcones sionistas en el Congreso, para sabotear el acuerdo recién suscrito mediante la aprobación de una ley similar de sanciones. Sin embargo, la Administración Obama llevó a cabo un considerable esfuerzo para detener aquel complot y confíó a los líderes de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes la misión de paralizar aquel proyecto.
Los líderes de la mayoría republicana en el Senado han dicho que no se opondrán ahora a ningún nuevo intento de aprobar nuevas sanciones. Ellos disponen de una mayoría en las dos cámaras que les permite superar el veto presidencial a las nuevas sanciones que Obama anunció que interpondría si una ley en tal sentido era aprobada.
El lunes y casi simultáneamente a la declaración del AIPAC, Menendez sugirió que él respaldaría la nueva ley para la aprobación de más sanciones. “El ciclo de las negociaciones, seguido por una extensión y un alivio de las sanciones, no ha tenido éxito”, dijo Menéndez. “Yo trabajaré con mis colegas en las próximas semanas para asegurar que Irán comprende que no se le permitirá llegar al umbral de un estado nuclear”. Kirk ha prometido también revivir la nueva ley sobre sanciones en el Congreso.
“Más que nunca, es crítico que el Congreso apruebe sanciones que no den a los mullahs de Irán más opción que desmantelar su programa nuclear ilícito y permitan a la AIEA un acceso total a sus instalaciones para asegurar la seguridad de la comunidad internacional”, señaló.
Se trata de una otra mentira más puesto que los términos del programa nuclear de Irán cumplen plenamente las condiciones del Tratado de No Proliferación y de la AIEA. De hecho, el programa nuclear civil de Irán es, sin duda, el más controlado del mundo. Se trata, pues, de otro intento más de engañar a la opinión pública.
En realidad, el único estado nuclear de Oriente Medio es Israel, que dispone de entre 80 y 300 cabezas nucleares, rechaza suscribir el TNP y a someter sus instalaciones nucleares a las inspecciones internacionales. Israel, con el apoyo cómplice de EEUU en la ONU, ha rechazado todas las iniciativas presentadas por los países de Oriente Medio para crear una zona libre de armas nucleares en la región.
Por su parte, la Administración Obama parece haber entendido los peligros que encierra esta iniciativa de los congresistas a sueldo del lobby sionista- “Creemos que la aprobación de nuevas sanciones durante el transcurso de las negociaciones sería contraproducente”, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, el lunes.
“La preocupación que tenemos es que la aprobación de sanciones adicionales podría dejar a nuestros socios con la impresión de que este régimen de sanciones es, sobre todo, punitivo y esto puede llevar a que se produzcan rupturas en la coordinación internacional”. Ello llevaría a los aliados de EEUU a creer que Washington “está más interesado en castigar” a Irán que en lograr un acuerdo nuclear global. El responsable estadounidense añadió que el gobierno de EEUU podría a perder su credibilidad en las negociaciones si se aprueban sanciones extra.
Esta declaración encierra el temor de Washington a que otros miembros del G5+1 que negocia con Irán, como Rusia y China, abandonen el grupo si entienden que EEUU no busca negociar de buena fe un acuerdo con Irán. Moscú y Pekín, que mantienen sus propios conflictos con Washington por diversos temas, tienen en sus manos el anular cualquier efecto de las sanciones contra Irán aumentando sus relaciones económicas con ese país. Esto es una posibilidad real teniendo en cuenta además que los mismos grupos que promueven en el Congreso de EEUU nuevas sanciones contra Irán son los mismos que abogan por una política de confrontación hacia China y Rusia.
La iniciativa de los senadores sionistas, apoyada por Israel, busca, en realidad, llevar a EEUU a una nueva y desastrosa guerra con Irán. Israel y sus agentes norteamericanos no ignoran que si las negociaciones fracasan la política de chantaje y sanciones no llevará a Irán, en ningún caso, a renunciar a sus legítimos derechos reconocidos internacionalmente. Es por ello que no les resultaría difícil crear otro falso pretexto para empujar a EEUU a un nuevo y mucho más desastroso conflicto que podría transformarse rápidamente en una guerra a escala mundial.