En un tiempo en el que el Ejército sirio avanza dentro y en los alrededores de Alepo los grupos armados sufren una vez más un recrudecimiento de sus divisiones y disputas internas.

En un tiempo en el que las unidades y facciones del Ejército sirio avanzan dentro y en los alrededores de Alepo para completar el cerco a los barrios del este de la ciudad en poder de los grupos armados, estos últimos sufren una vez más un recrudecimiento de sus divisiones y disputas internas.

Una fuente cercana a uno de estos grupos ha señalado que el fracaso de los ataques lanzados por el Frente al Nusra contra las localidades de Nubbul y Zahra contribuyó significativamente a agudizar las diferencias entre ellos. Las facciones del grupo wahabí Frente Islámico, apoyado por Arabia Saudí, reprochan al Frente al Nusra la dispersión de fuerzas y el derroche de recursos humanos y materiales que han supuesto los ataques contra dichas localidades. Por su parte, el Frente al Nusra insiste en atacar, a pesar de las bajas sufridas, y opera por libre sin coordinarse con el resto de los grupos.

La insistencia del Frente al Nusra en actuar por sí solo ha contribuido a incrementar las tensiones en la ciudad, especialmente después de que este grupo vinculado a Al Qaida destruyera dos organizaciones apoyadas por EEUU, el Frente de los Revolucionarios de Siria y el Movimiento Hazm, en la provincia de Idleb.

Mientras el Ejército sirio se encuentra ya a sólo medio kilómetro de Kastelo y a un paso de situar tropas en la carretera que pasa por esa localidad y de cortar, de este modo, la única vía de aprovisionamiento que queda a los ya sitiados terroristas de Alepo, algunos de estos últimos buscan ahora imitar a sus correligionarios del Ejército Sirio Libre y abandonan los barrios del este de la ciudad que todavía controlan para dirigirse a Turquía.

Los grupos armados han optado por difundir falsas noticias de victorias sobre el terreno con el fin de elevar la moral de sus combatientes e impedir este éxodo. Sin embargo, según la citada fuente, los rebeldes en la ciudad están ya convencidos de que “el cerco se estrechará pronto” y que toda la ciudad volverá a las manos del Ejército.