El coordinador humanitario de Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados, James Rawley, instó hoy a Israel a suspender las demoliciones de viviendas como represalia por actos violentos.
El coordinador humanitario de Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados, James Rawley, instó hoy a Israel a suspender las demoliciones de viviendas como represalia por actos violentos.
“Las demoliciones de castigo violan los más básicos derechos humanos y representan un riesgo de desestabilizar la ya compleja situación de seguridad en la región”, advirtió en un comunicado.
De acuerdo con el experto, se trata de una forma de sanción colectiva que castiga a seres humanos por hechos que no cometieron, entre ellos niños, mujeres y ancianos.
Según una nueva normativa Israel, las autoridades de ocupación israelíes podrán destruir viviendas de palestinos sospechosos de cometer ataques o “incitar” a ellos o incluso protestar o ser parientes de todos los anteriores, lo cual provocará nuevos desplazamientos forzados y una limpieza étnica en los territorios palestinos ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania.
“Vemos un incremento de esta práctica, a partir de la escalada de tensiones en Israel y los territorios ocupados de Palestina”, lamentó Rawley.
Provocaciones de colonos judíos y férreas medidas de seguridad por Tel Aviv en torno a la Mezquita de Al Aqsa en Jerusalén, uno de los tres sitios más sagrados del Islam, dispararon los enfrentamientos en las últimas semanas, con saldo de varios muertos y heridos entre las partes.
Rawley recordó el caso de Abd al-Rahman al-Shaludi, cuya casa fue demolida el 19 de noviembre después del ataque con vehículo atribuido al palestino, en el que perdieron la vida dos colonos israelíes.
“Tenemos además información de otras seis viviendas marcadas para su destrucción, en respuesta al atentado contra una sinagoga”, alertó.
Según el coordinador humanitario de Naciones Unidas en los territorios ocupados desde 1967, entre el 1 de junio y el 30 de noviembre, los ilegales castigos han dejado sin hogar a 34 personas, entre ellas 16 niños.
“Las demoliciones castigo deben parar ya”, insistió.
La semana pasada, varios relatores especiales de la ONU en derechos humanos emitieron similar reclamo a Tel Aviv. Ellos señalaron que las demoliciones suponen un castigo colectivo indiscriminado prohibido por el Derecho Internacional.
PL