El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, rechazó categóricamente el domingo la idea de una retirada de Cisjordania y Jerusalén Este de aquí a dos años durante un encuentro en Roma.
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, rechazó categóricamente el domingo la idea de una retirada de Cisjordania y Jerusalén Este de aquí a dos años durante un encuentro en Roma con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
“Estamos confrontados a la posibilidad de un ataque diplomático, es decir, un intento de imponernos decisiones de la ONU sobre una retirada a las líneas de 1967 en un plazo de dos años”, dijo Netanyahu, según un comunicado de su oficina.
La excusa del “extremismo islamista”
Falto de ideas para intentar justificar las violaciones israelíes de las resoluciones de la ONU, que imponen a Israel la retirada incondicional de los territorios palestinos ocupados en 1967, Netanyahu ha recurrido al “extremismo islamista” como excusa para negarse a una retirada de los territorios palestinos.
Según él, la retirada israelí de los territorios palestinos ocupados “llevaría a los islamistas extremistas a los suburbios de Tel Aviv y al corazón de Jerusalén”, dijo Netanyahu. “No lo permitiremos. Rechazamos esta posibilidad firmemente y de forma responsable”.
Los palestinos, apoyados por la Liga Árabe, quieren presentar al Consejo de Seguridad de la ONU un texto que pide la retirada israelí de aquí a noviembre de 2016 de “la totalidad de los territorios ocupados desde 1967”.
Este proyecto tiene todas las posibilidades de hacer frente a un veto estadounidenses. Por su parte, Francia ha llevado a cabo consultas con Londres y Berlín y luego con Washington y Ammán para poner a punto un texto de consenso, que fije un plazo para el fin de las negociaciones.
“Debemos fijar un calendario, puesto que, en ausencia del mismo ¿cómo convencer que no se trata de un enésimo proceso sin perspectivas reales?”, declaró a finales de noviembre el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, en referencia al plazo de dos años.
El texto del compromiso llamaría a la reanudación rápida de las negociaciones palestino-israelíes, congeladas desde la primavera, sobre la base de una serie de principios que incluyen la coexistencia pacífica de Israel y un estado palestino.
En un segundo momento, París prevé una conferencia internacional dirigida a encuadrar y apoyar estas negociaciones, con la participación de los países árabes.
Sin embargo, los países occidentales han condenado cualquier proceso de negociaciones al fracaso al rechazar la idea de sanciones internacionales contra Israel si éste último continúa bloqueando y saboteando el así llamado “proceso de paz” mediante la expansión de los ilegales asentamientos en los territorios palestinos ocupados.