Sayyed Hassan Nasralá explicó bien al emisario ruso Mijail Bogdanov durante su último encuentro en Beirut los puntos de vista de Hezbolá con vistas a resolver la crisis siria.
Sayyed Hassan Nasralá explicó bien al emisario ruso Mijail Bogdanov durante su último encuentro en Beirut los puntos de vista de Hezbolá con vistas a resolver la crisis siria.
El columnista del periódico libanés Al Akhbar, Nahed Hattar, se refirió a esta entrevista sin citar sus fuentes, que parecen ser rusas.
“La batalla que llevamos a cabo es contra el terrorismo. Ella busca defender Siria, el Estado sirio y sus elecciones estratégicas. Sin embargo, al mismo tiempo, llevamos a cabo la batalla del presidente. El presidente (sirio) es una línea roja”, afirmó el número uno de Hezbolá, según Hattar.
“En primer lugar el presidente Bashar al Assad es un líder resistente y, tras cuatro años de guerra, se ha convertido en el emblema de la resistencia y de su eje. Él constituye el símbolo de una importante mayoría de sirios que no puede ser colocado en el marco de las negociaciones de una solución política.
En segundo lugar, a través de su personalidad, su simbolismo y sus opciones, el presidente Assad representa la esencia misma del Estado sirio y el único dirigente capaz de conducir la guerra contra el terrorismo.
En tercer lugar, Assad es el símbolo de la unidad de Siria y no está subordinado a ningún protagonista religioso, comunitario o regional.
En cuarto lugar hay que mencionar su experiencia frente a la ocupación norteamericana de Iraq en 2003, su rechazo a las amenazas de Washington de hacer sufrir a Siria una suerte similar a la de Iraq si no renunciaba a la estrategia de confrontación con Occidente e Israel, su rechazo categórico a cortar sus lazos con Irán con el que comparte su determinación de apoyar a los movimientos de resistencia árabes, su resistencia ante el embargo que fue impuesto contra Siria desde 2005, su posición hostil a la ofensiva israelí contra el Líbano en 2006 y a la dirigida contra Gaza en 2009 y su dirección exitosa de la lucha siria contra el terrorismo desde 2011.
Con toda esta experiencia, Assad impuso su estatura no sólo en tanto que presidente de la República Siria, sino también como jefe de las fuerzas de resistencia en la región”, explicó Sayyed Nasralá.
Según Hattar, Bogdanov salió de su encuentro con el número uno de Hezbolá con las ideas claras de lo que constituyen las tres líneas rojas que delimitan cualquier iniciativa rusa de diálogo intersirio en vistas a una solución política de la crisis: el Estado sirio y sus opciones estratégicas, el Ejército sirio y el presidente Bashar al Assad.
En relación a las causas por las que Moscú consulta a Hezbolá, Hattar estima que Sayyed Nasralá es para los rusos el hombre a través del cual ellos pueden “conocer la esencia de los asuntos sin ambajes”.
Tres razones han sido invocadas por ellos: el diálogo con Sayyed Nasralá se realiza en tanto que dirigente de la resistencia y no como actor de la diplomacia. Sayyed Nasralá es aliado a la vez de Damasco y de Teherán y es también una fuerza principal en la lucha contra el terrorismo en Siria, Iraq y el Líbano.
Él es, en consecuencia, un elemento de peso en cualquier iniciativa para lograr una solución política de la crisis siria.