La detención del líder del principal partido de la oposición de Bahrein fue prolongada durante 15 días suplementarios el lunes.

La detención del líder del principal partido de la oposición de Bahrein fue prolongada durante 15 días suplementarios el lunes, una decisión que echa gasolina al fuego y reaviva las tensiones entre el pueblo y el régimen de la familia Al Jalifa, que ha gobernado el país durante los pasados 200 años.

Sheij Ali Salman, secretario general del partido Al Wefaq, fue arrestado el 28 de diciembre después de haber participado en una manifestación contra las pasadas elecciones de noviembre, que la oposición de Bahrein boicoteó.

Su arresto desencadenó enfrentamientos entre sus partidarios y las fuerzas de seguridad la pasada semana. EEUU, cuya Quinta Flota está situada en Bahrein, mostró su inquietud, una postura que fue criticada por las autoridades bahreiníes.

El domingo por la noche el abogado de Salmán, Abdulá al Shamlawi, declaró que el líder opositor había sido formalmente inculpado de incitación a un cambio de régimen por la fuerza, incitación al odio contra una parte de la sociedad, incitación a violar la ley e insulto público hacia el Ministerio del Interior.

“El secretario general de un movimiento político permanecerá detenido durante 15 días suplementarios hasta el final de la investigación”, señaló la cuenta oficial de Twitter del fiscal, sin nombrar a Salmán.

Varias manifestaciones tuvieron lugar el lunes por la tarde, especialmente en Belad Alqadim, una localidad donde se halla la casa del Sheij Ali Salman, donde se produjeron violentos enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, según los testigos.

Estas fuerzas hicieron uso de gases lacrimógenos y munición real para dispersar a los manifestantes, que respondieron lanzando piedras. Varios manifestantes resultaron heridos.

El corresponsal de Al Manar en Bahrein declaró que los enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y los manifestantes estallaron en los alrededores de la Autopista Séptima, que enlaza la capital, Manamá, con el Puente del Rey Fahd y Arabia Saudí.

Otras fuentes locales han hablado también de una represión violenta contra los manifestantes en Wedian, en la isla de Sitra, por parte de las fuerzas de seguridad.