El incidente fronterizo del lunes pasado (5 de enero) en Arabia Saudí ha servido para poner de manifiesto las amenazas que pesan sobre el reino wahabí.
El incidente fronterizo del lunes pasado (5 de enero) en Arabia Saudí, que costó la vida a tres guardias fronterizos, incluyendo un general, Udah al Balawi, jefe de la región del norte, ha servido para poner de manifiesto las amenazas que pesan sobre el reino wahabí y que provienen de su interior en un momento además en el que el rey Abdulá sufre una enfermedad irreversible, posiblemente un cáncer de pulmón.
“Este incidente da fe del bajo nivel de formación de los militares saudíes, incluyendo a nivel de mandos superiores”, señaló el activista saudí, conocido con el pseudónimo de Muytahid en las redes sociales.
En su cuenta de Twitter, este especialista en la difusión de informaciones confidenciales sobre el régimen de los Al Saúd, en el poder en Arabia Saudí desde hace más de un siglo, constata en su último mensaje que “la muerte del comandante de los guardias fronterizos en el norte de Arabia demuestra que el sistema de vigilancia instalado en las fronteras, y en el que se ha gastado miles de millones de dólares, ha fracasado”.
Sin embargo, para el redactor jefe del periódico árabe Al Rai al Yaum, Abdelbari Atwan, el significado de este incidente deja entrever circunstancias muy graves.
Él recordó que más de 3.000 soldados han sido desplegados a lo largo de la frontera de 814 kms con la región iraquí de Anbar controlada por el EI y ve que el atentado “ha hecho cundir la alarma entre las autoridades saudíes y ha puesto en peligro las fronteras saudíes, que habían estado aseguradas desde hace 80 años”.
“En estos cuatro últimos años, las autoridades saudíes han intentado alejar la violencia y el terrorismo de las fronteras de su país enviando a los jóvenes extremistas desencantados a combatir a países vecinos, como Iraq y Siria, y gastando miles de millones de dólares para apoyarlos. Sin embargo, esta estrategia sanguinaria parece haberse vuelto contra sus patrocinadores”, señala Atwan en su editorial.
Según él, el peligro es aún más inminente dado que el EI pertenece a la misma corriente que los dirigentes saudíes, es decir, el wahabismo. Razón por la que los jóvenes saudíes estarían más inclinados a responder al llamamiento del jefe del EI, Abu Bakr al Bagdadi, que les ha pedido, en un mensaje publicado en Internet el mes pasado, que se levanten contra el gobierno de Riad, al que calificó de “régimen corrupto”.
“Como tenéis allí la cabeza de la serpiente y la fuente del mal, no olvidéis afilar nuestras espadas”, dijo Bagdadi. Los dirigentes saudíes “ya no estarán más en paz o seguridad”, amenazó.
En base a los sondeos de opinión, Atwan estima que gran número de saudíes apoyan las acciones del EI y asegura que más de 5.000 saudíes son miembros del grupo.